Naciones Unidas, 21 ago (EFE).- La representante especial de la ONU para Libia (UNSMIL), Hanna Tetteh, presentó este jueves ante el Consejo de Seguridad de la ONU una hoja de ruta para la transición hacia unas instituciones democráticas y unitarias en el país magrebí, que podría lograrse en un plazo de entre 12 y 18 meses, siempre que se cumplan ciertas condiciones.
En una sesión periódica del Consejo dedicada al país magrebí, que desde 2014 vive dividido entre dos gobiernos (en el oeste, Trípoli, y en el este, Bengasi), Tetteh dijo responder así a un sondeo realizado por la misión de la ONU en Libia (UNSMIL) en la que una mayoría de 42 % dijeron preferir la celebración simultánea de comicios presidenciales y legislativos «para poner fin a los ciclos de periodos transitorios repetidos».
La hoja de ruta contiene tres pilares: la creación de un marco electoral que permita esas elecciones; la formación de un gobierno unificado y de instituciones compartidas, y la convocatoria de un amplio diálogo nacional que permita escuchar las expectativas de los libios.
Concluidos los tres procesos, solo entonces se celebrarían las elecciones.
«No quiero establecer límites de tiempo artificiales -dijo Tetteh-, pero creo que un marco global de entre 12 y 18 meses se necesitará para completar de forma exitosa esta hoja de ruta», dijo ante los miembros del Consejo, que no tenían previsto votarlo tras la exposición.
Los dos primeros meses serán claves -abundó-, cuando debería formarse una Comisión Electoral Suprema que a su vez defina una ley electoral y defina las fechas, todo ello previamente a la creación del gabinete de unión nacional.
Tetteh dijo que para que el proceso llegue a buen puerto «vamos a necesitar el apoyo inequívoco de este Consejo y de los actores externos claves para proteger todo el proceso y prevenir los errores del pasado», y pidió a la comunidad internacional en general que se implique «de manera constructiva» para lograr avances que beneficien al pueblo libio.
El país magrebí vive sumido en la inestabilidad desde el derrocamiento del dictador Muamar Gadafi en 2011, y desde 2014 está prácticamente partido en dos gobiernos, apoyados en uno u otro caso por los numerosos países que están interviniendo de forma más o menos abierta en el país, como Egipto, Emiratos, Turquía, Catar o Rusia.