Madrid, 12 jul (EFE).- La operación de venta del 29,8 % de Talgo se complica, sobre todo por la estructura de la financiación, para la que el Gobierno vasco ha logrado reunir 75 millones de euros pero faltan otros 75 millones hasta completar los 150 millones que el constructor necesita en la renegociación de su deuda.
Esta semana el Ejecutivo autonómico avanzó que ha logrado reunir esos 75 millones, contando también con entidades públicas y privadas, pero al tiempo desveló que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha dado «marcha atrás» en su entrada en el proceso. La SEPI no hace comentarios.
Fuentes del sector admiten las dificultades para cerrar la financiación (Talgo suma más de 400 millones de euros de deuda), aunque confían en que finalmente la compraventa se materializará.
En febrero los socios de Pegaso (sociedad instrumental en la que el principal agente es el fondo Trilantic) cerraron un preacuerdo con el consorcio liderado por el presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, en el que participan también el fondo público vasco, Finkatuz y las fundaciones de las cajas Vital y BBK.
La venta se pactó a 4,15 euros por acción (153 millones de euros en total) más 0,85 euros si se cumplen determinados hitos financieros en 2027 y 2028 (24 millones adicionales). La acción de Talgo lleva cotizando en los últimos días en torno a los 2,9 euros.
Esos fondos de los compradores se sumarían a las aportaciones de los Gobierno vasco y central, en caso de que finalmente entre en la operación.
Esta semana el PNV exigió al Gobierno que dejase de «obstaculizar» la operación y aseguró que la SEPI había dado «marcha atrás» en su compromiso inicial de aportar 150 millones de euros para esta operación.
Según este partido, posteriormente, la sociedad estatal propuso que la operación se dividiera en dos, de forma que el Gobierno central se hiciera cargo de 75 millones y el consorcio vasco encabezado por Sidenor, de los 75 restantes, pero añadió que esta fórmula estaba encontrando «trabas».
El objetivo de esta estructura es refinanciar la deuda mediante un préstamo participativo convertible en capital, pero fuentes del sector público aseguran a EFE que tiene difícil encaje ese tipo de instrumento para, entre otras cosas, financiar la multa de Renfe, porque la Unión Europea lo podría considerar ayuda de Estado.
A la deuda que ya tenía el fabricante de trenes se añade esa multa de 116 millones que le impuso Renfe por los retrasos de más de dos años en las entregas de los trenes Avril, que Talgo ha debido provisionar y provocó unas pérdidas de 107,9 millones en 2024.
La operadora ferroviaria pública, de acuerdo con la posición defendida por la Abogacía del Estado, ofrece no ejecutar la multa hasta 2031 y fraccionarla hasta en 7 años, términos que, de momento, siguen sobre la mesa.
El Gobierno vasco tiene interés en que Talgo mantenga su arraigo en Euskadi, donde tiene su planta más importante en Rivabellosa (Álava), de la que viven alrededor de 700 familias. La segunda planta está en Las Rozas (Madrid), con 500 trabajadores, donde tiene su sede social, que el consorcio comprador tiene previsto trasladar a Euskadi.
Diversas fuentes del sector coinciden en que la entrada de Sidenor no resuelve los problemas de capacidad de producción que tiene el constructor ferroviario, cuya cartera de pedidos supera los 4.000 millones de euros, y acumula retrasos importantes tanto en el contrato con Renfe como con la operadora alemana Deutsche Bahn.
El gobierno español, sobre todo el ministro de Transportes, Óscar Puente, siempre defendió la opción Sidenor como la mejor para garantizar la españolidad de la compañía.
En agosto del año pasado el Ejecutivo central vetó la entrada de la húngara Magyar Vagon, que ofrecía 5 euros por acción en efectivo, por razones de seguridad nacional, que nunca detalló, aunque se airearon relaciones de ese consorcio con capital ruso.
Después mostró interés la polaca Pesa, que sí hubiera aportado capacidad industrial, pero ante las «sugerencias» del Gobierno español, ni siquiera llegó a presentar la oferta, también de cinco euros por acción.
Esta, y la india Jupiter Wagons, serían, en todo caso, opciones para una segunda ronda, una vez garantizada la entrada de Sidenor, en el escenario que barajaba Puente.