Yuba, 28 mar (EFE).- Los miembros del buró político del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán en la Oposición (SPLM-IO) defendieron este viernes su compromiso con el acuerdo de paz, pese a que ayer lo consideraron roto, y pidieron la liberación inmediata de su líder, el vicepresidente de Sudán del Sur, Riek Machar, bajo arresto domiciliario desde el miércoles.
Stephen Par Kuol, ministro sursudanés de Paz y figura destacada de la oposición, pidió hoy en Yuba que las partes firmantes del Acuerdo de Paz Revitalizado de 2018 se adhieran al alto el fuego permanente y al Acuerdo de Cese de Hostilidades de 2017, “ya que es el único camino para que el país alcance una paz sostenible”.
“Reafirmamos nuestro firme compromiso con el proceso de paz a través del Acuerdo de Paz Revitalizado”, dijo Stephen Phar Kuol al tiempo que llamó a la población a mantener la calma.
Este llamamiento llega al día siguientes de que el portavoz oficial del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán en la Oposición (SPLM-IO) y también ministro de Agua e Irrigación, Pal Mai Deng, afirmara que el arresto de Riek Machar representaba el fin del acuerdo de paz en Sudán del Sur y dejaba al país “al borde de la guerra civil”.
Con el comunicado de hoy, la oposición armada baja el tono de sus declaraciones, pero reitera la puesta en libertad de Riek Machar y de otros funcionarios afines detenidos, los cuales serán investigados y juzgados por incitar a sus seguidores a rebelarse para evitar las elecciones, según anunció en esta misma jornada el ministro de Información, Micheal Makuei.
“Pedimos la liberación inmediata de nuestro líder, el Dr. Riek Machar, y de todos nuestros miembros detenidos”, declaró, al tiempo que instó a todas las partes del acuerdo de paz a reanudar el diálogo para desescalar la situación en el país.
El partido también pidió a la Unión Africana y a las Naciones Unidas que apoyen y faciliten el diálogo para resolver la actual crisis en el país.
Sudán del Sur, que se independizó de Sudán en 2011, sufrió un lustro de guerra que provocó la muerte de unas 400.000 personas y que terminó con un acuerdo de paz en 2018 entre Kiir y Machar, un pacto que sirvió para repartir el poder entre el Gobierno y la oposición, pero cuyas principales disposiciones nunca se han llegado a implementar.