Redacción Ciencia, 31 jul (EFE).- El cruce natural hace unos 9 millones de años entre un ancestro del tomate y una planta silvestre parecida a la papa dio lugar a la patata moderna, según un estudio publicado en la revista Cell y que lideran científicos de la Academia China de Ciencias Agrícolas.
Estos sugieren que este antiguo evento evolutivo desencadenó la formación del tubérculo, la estructura subterránea agrandada que almacena los nutrientes presentes en plantas como las patatas o los ñames.
«Nuestros hallazgos muestran cómo un evento de hibridación entre especies puede desencadenar la evolución de nuevos rasgos, lo que permite que surjan aún más especies», afirma Sanwen Huang. «Por fin hemos resuelto el misterio del origen de la patata», dice.
En apariencia, las plantas de patata modernas son casi idénticas a tres especies similares a la papa procedentes de Chile, llamadas Etuberosum. Sin embargo, estas plantas no producen tubérculos.
Según el análisis filogenético que ahora se presenta, las plantas de patata están más relacionadas con los tomates.
Para resolver esta contradicción, el equipo de investigación analizó 450 genomas de patatas cultivadas y 56 de especies de patatas silvestres, explica un comunicado de la revista.
«Las patatas silvestres son muy difíciles de muestrear, por lo que este conjunto de datos representa la colección más completa de datos genómicos de patatas silvestres jamás analizada», asegura Zhiyang Zhang.
El equipo descubrió que todas las especies de patata contenían una mezcla estable y equilibrada de material genético tanto de Etuberosum como de plantas de tomate, lo que apunta que las patatas se originaron a partir de una antigua hibridación entre ambas.
Aunque Etuberosum y los tomates son especies distintas, compartieron un antepasado común hace unos 14 millones de años. Incluso después de divergir durante unos 5 millones de años, pudieron cruzarse y dieron lugar a las primeras plantas de patata con tubérculos hace unos 9 millones de años.
El equipo también rastreó los orígenes de los genes clave de la patata para la formación de tubérculos, que son una combinación de material genético de cada progenitor.
Así, constataron que el gen SP6A, que actúa como un interruptor maestro que indica a la planta cuándo empezar a producir tubérculos, procedía del lado del tomate de la familia.
Otro gen importante llamado IT1, que ayuda a controlar el crecimiento de los tallos subterráneos que forman los tubérculos, procedía del lado del Etuberosum.
Sin ninguna de estas dos piezas, la descendencia híbrida sería incapaz de producir tubérculos, concluyen los autores.
«La evolución del tubérculo dio a las patatas una gran ventaja en entornos hostiles, lo que impulsó una explosión de nuevas especies y contribuyó a la rica diversidad de patatas que vemos y de las que dependemos hoy en día», resume Sanwen Huang.