València, 7 jun (EFE).- La nueva presidenta de la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (FEVITUR), Silvia Blasco, aboga por dar un tratamiento distinto a cada destino y, en el caso de los urbanos, encontrar un equilibrio entre visitantes y residentes.
Blasco, también presidenta de la Asociación de Viviendas Turísticas de la Comunidad Valenciana (APTUR CV) y que desde el pasado 27 de mayo preside FEVITUR tras suceder en el cargo a Miguel Ángel Sotillos, tiene como objetivos la unión y cohesión de todos los actores del sector, particulares, empresas y gestores de viviendas de uso turístico.
Según explica en una entrevista con la Agencia EFE, hay muchas realidades distintas que se engloban, más que en comunidades autónomas o ciudades, en destinos; y no se puede hacer un tratamiento igual de un destino urbano que de uno de costa o de interior, porque son «turismos y necesidades distintas».
«Cuando conoces la naturaleza de todos los territorios y los modelos de negocio, son distintos, la segmentación ya se está dando, y queremos dar voz a eso», ha manifestado.
La vivienda turística no influye en el acceso a la vivienda
Todos los estudios realizados, incide, indican que la existencia de viviendas o apartamentos turísticos «en nada influyen» en las dificultades de acceso a la vivienda, y «la única connotación» es del 0,6 % sostenido en los últimos cinco años.
Prueba de ello, sostiene Blasco, es que los precios han seguido subiendo en Cataluña «a pesar de las limitaciones» al turismo y en la zona tensionada de Barcelona, en concreto, la limitación de viviendas y apartamentos turísticos es «clara desde 2014 y -los precios de la vivienda residencial- han seguido subiendo».
Y lanza una crítica: «Nos han utilizado, algunos, como chivo expiatorio; es fácil decir que somos los culpables de la falta de vivienda, una percepción que no supone que sea real».
Apunta que, en este asunto, es clave el flujo migratorio, dos millones de personas en menos de cinco años que se condensan en las principales capitales de provincia.
Para Blasco, no es correcto pensar que una vivienda de uso turístico, si se limita, condiciona o prohíbe vaya a pasar a ser una vivienda habitual, porque «la gente tiene miedo a perder la posesión».
Defiende que la federación trabajará por una regulación «clara, proporcional y justa» y que reconozca el valor social y económico de la vivienda de uso turístico y temporal, pues hay una demanda de necesidades para encontrar un espacio donde habitar durante el tiempo de desplazamiento, ya sea vacacional o por otros motivos.
En este punto, asegura que el equilibrio de la convivencia entre residentes y visitantes es una cuestión que preocupa a la federación, y se muestra a favor de perseguir el intrusismo, que daña al sector que opera con legalidad y también al consumidor.
Sobre las distintas normativas que hay en España, señala que las leyes deben ser generales y poderse adaptar a cualquier tipo de territorio, y pone el caso de València -con una moratoria de licencias vigente-, donde reclama que se tenga en cuenta al sector a la hora de tomar decisiones, que estas sean «justas y proporcionales» y que se adopten a partir de «datos y evidencias».
«Partimos de regulaciones que son antiguas en el tiempo y que se están adaptando a la realidad en este contexto social, distinto al de hace diez o quince años, con una visión diferente del turismo», ha añadido.
Convivencia vecinal
Blasco afirma que desde el sector se insiste mucho en el aspecto cívico de las estancias y se hace pedagogía al respecto, aunque los casos «extraordinarios» de problemas de convivencia que se hacen públicos les hacen mucho daño, y reitera que «casi todo el mundo respeta» y se ha desarrollado «toda una industria tecnológica» para tener un sistema de monitorización que muestra el patrón de conducta sin invadir al turista.
De cara a las previsiones de este verano, señala que es pronto para tener datos y las perspectivas son variables en función del destino, pero como mínimo se dará el mismo nivel de ocupación que el año pasado. Entre los lugares con buenas perspectivas de ocupación se encuentran Madrid, Cataluña y Andalucía. EFE