La pérdida de bosques tropicales primarios se duplicó en 2024 por culpa de los incendios

Fotografía aérea que muestra una zona quemada en el Parque Estatal Guajará-Mirím en 2024 en la ciudad de Nova Mamoré (Brasil). EFE/ Isaac Fontana

Redacción Medioambiente, 21 may (EFE).- Dieciocho campos de fútbol por minuto: a ese ritmo creció la pérdida de bosques tropicales primarios durante 2024, año en el que se destruyeron 6,7 millones de hectáreas de esas masas vírgenes, casi el doble que en 2023, principalmente por causa de los incendios.

Por primera vez, los fuegos sustituyeron a la agricultura como primer motivo de la destrucción de los bosques tropicales primarios al ser responsables del 50 % de la superficie devastada, según datos de la plataforma Global Forest Watch (GFW) recogidos en su informe sobre 2024.

La mayoría de los fuegos, de acuerdo con GFW, fueron causados por la acción humana y actividades relacionadas con la agricultura. Las temperaturas registradas durante el año más cálido de la historia contribuyeron al efecto “catastrófico” de los incendios.

El aumento de la pérdida de bosques no se limitó a los trópicos: el mundo experimentó un aumento del 5% en la pérdida de cubierta arbórea respecto a 2023, lo que equivale a 30 millones de hectáreas, el tamaño de Italia.

La mayor pérdida en la Amazonia desde 2016

El país con mayor superficie de bosque tropical, Brasil, fue también en 2024 el que perdió más masa forestal, el 42 % de la registrada en todo el planeta.

La sequía, la más severa de las últimas siete décadas, agravó las consecuencias de los incendios, responsables del 66 % de la destrucción.

Otra causa de la pérdida de bosque primario fue la agricultura a gran escala relacionada con la soja y la ganadería, aunque el porcentaje atribuible a ella (13 %) “sigue siendo inferior a los picos observados a principios de la década de 2000 y en la era Bolsonaro”, dice el informe.

La Amazonia “experimentó su mayor pérdida de cubierta arbórea desde 2016”, mientras que el Pantanal, el humedal más grande del mundo, “sufrió el mayor porcentaje de pérdida de cubierta arbórea del país”.

Según Mariana Oliveira, directora del programa de Bosques y Uso de la Tierra del Instituto de Recursos Mundiales en Brasil, “sin una inversión sostenida en la prevención comunitaria de incendios, una aplicación más estricta de la ley y un enfoque en el uso sostenible de la tierra, los logros alcanzados corren el riesgo de perderse”.

Se dispara la destrucción en Bolivia

Bolivia superó en 2024 a la República Democrática del Congo como segundo país con mayor pérdida de bosque primario, 1,5 millones de hectáreas, un 200 % más.

También en este caso, más de la mitad de la pérdida se debió a los incendios, a menudo provocados para despejar tierras para soja, ganado y caña de azúcar.

“Las políticas gubernamentales de fomento de la expansión agrícola agravaron el problema”, indica GFW.

En Colombia, en cambio, los incendios no fueron el principal motivo de la destrucción de este tipo de bosques, que aumentó un 50 %. El informe se refiere a “la inestabilidad derivada de la ruptura de las conversaciones de paz” y menciona como causas “la minería ilegal y la producción de coca”.

La República Democrática del Congo (RDC) y la República del Congo (RDC) registraron asimismo los niveles más altos de pérdida de bosque primario jamás registrados. Los incendios y las condiciones calurosas y secas, en el primer caso, y la pobreza, la dependencia de los bosques para obtener alimentos y energía y el conflicto en curso, en el segundo, están detrás de ese récord, sostiene el documento.

Los datos de 2024 muestran “signos de progreso” en el sudeste asiático: Indonesia redujo un 11 % la pérdida y Malasia registró un descenso del 13 %.

Más allá de los trópicos, el aumento de la destrucción se debió en parte a los fuegos en Canadá y Rusia: por primera vez desde que GFW elabora registros, se produjeron grandes incendios tanto en los trópicos como en los bosques boreales.

Peor que tras la Declaración de Glasgow

El informe recuerda que líderes de más de 140 países firmaron la Declaración de Glasgow en 2021 y se comprometieron a detener la pérdida de bosques para 2030.

“Pero estamos alarmantemente lejos de cumplir este compromiso: de los 20 países con mayor superficie de bosque primario, 17 tienen hoy una pérdida mayor que cuando se firmó el acuerdo”. EFE

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