Rabat, 21 abr (EFE).- La central solar termoeléctrica Noor III, de una capacidad de 150 megavatios y que forma parte del megacomplejo solar de Uarzazate en el sur de Marruecos, ha vuelvo a funcionar tras una parada técnica de catorce meses debido a una fuga de sales fundidas.
El anuncio lo hizo este lunes la Agencia Marroquí para la Energía Sostenible (Masen), que explica en un comunicado que en febrero de 2024 se detectó una fuga “en el tanque de sal fundida caliente, un componente clave para la producción y almacenamiento térmico”.
Masen -encargada de implementar los proyectos de energías renovables en el país magrebí- afirma que la avería requirió la intervención de “alta tecnología” para su reparación y añade que está actualmente construyendo un nuevo tanque para reforzar la infraestructura.
“La puesta en servicio siguió un enfoque riguroso, movilizando la experiencia técnica de Masen y sus socios, intervenciones específicas y operaciones de control reforzadas. Cada etapa se llevó a cabo cumpliendo con los requisitos de seguridad y protección, con una preocupación constante por garantizar condiciones de reinicio controlado y un funcionamiento óptimo de la instalación”, se lee en la nota.
La central solar, desarrollada por el grupo Sener y puesta en funcionamiento desde 2018, se basa en tecnología de concentración solar “desde espejos de helióstatos hasta una torre central”, explica Masen, que añade que el almacenamiento de calor se hace mediante “sales fundidas a temperaturas muy altas (hasta 565 °c)” para producir electricidad incluso después de la puesta del sol.
En marzo de 2024 la compañía saudí Acwa Power informó de que la avería que se produjo en Noor III le iba a costar unas pérdidas de 45 millones de dólares (39 millones de euros) y previó entonces que iba a repararse en noviembre del mismo año.
Marruecos aspira a que más del 52 % de su energía sea limpia en 2030, de su combinación energética local. Actualmente la capacidad instalada en energías renovables en el país alcanzó un 42 %.