Praga, 3 oct (EFE).- La República Checa celebró este viernes la primera de sus dos jornadas de elecciones legislativas, en medio de una campaña marcada por el descontento social ante la inflación y la posibilidad de un giro en la política exterior si regresa al poder el magnate populista Andrej Babis, quien lidera las encuestas con hasta un tercio de los votos.

Las urnas abrieron hoy entre las 14.00 y 22.00 hora local (12.00 a 20.00 GMT) y volverán a abrir mañana, sábado, entre las 08.00 y 14.00 hora local (06.00 y 12.00 GMT). La jornada de este viernes se celebró sin incidentes de importancia.
Unos ocho millones de habitantes con derecho a voto están llamados a elegir entre un total de veintiséis partidos y coaliciones para determinar los doscientos miembros de la Cámara Baja.
Los primeros resultados se esperan se conozcan unas pocas horas tras el cierre de los colegios mañana por la tarde.
El principal favorito para ganar, con alrededor del 30 % de los votos según los sondeos, es Babis, un magnate de 71 años que se define como «trumpista» y admirador del primer ministro ultraderechista húngaro, Viktor Orbán.
«Nada es seguro, aún no hemos ganado», dijo el magnate tras depositar su voto en la ciudad de Ostrava, en el este del país.
«No vamos a traicionar a nuestros electores», aseguró el exprimer ministro, cuyo partido, ‘ANO’, necesitará sin embargo uno o más socios para poder formar una coalición.
Babis, uno de los hombres más ricos del país, es según analistas locales más crítico con Rusia que su aliado Orbán. Sin embargo, sostiene que Chequia no debería brindar tanta ayuda a Ucrania, ya que considera prioritario centrarse los problemas sociales que afectan a los ciudadanos checos.
La República Checa, un país excomunista de unos 10,9 millones de habitantes, acoge en torno a medio millón de refugiados de guerra ucranianos y fue durante los últimos años uno de los aliados más firmes de Ucrania.
Mientras, el actual primer ministro, el conservador Petr Fiala, un ferviente aliado de Kiev, trata de contrarrestar su impopularidad y el descontento popular por la situación económica con la advertencia de que si Babis vuelve al poder, la democracia se deteriorará y el país podría abandonar su rumbo europeísta.
La alianza conservadora-liberal ‘Spolu’ que lidera el primer ministro obtendrá, según las encuestas, en torno al 20 %, ocho puntos menos que hace cuatro años, lo que le complicaría mucho alcanzar una mayoría en la Cámara.
«Creo que cada ciudadano ejercerá su derecho al voto y acudirá a las urnas. No dejen que otros decidan por ustedes», declaró Fiala en Brno (sureste) tras depositar su voto, en un mensaje dirigido a los ciudadanos aún indecisos.
«Hagan uso de su voto, es importante: van a decidir cómo será la República Checa no solo en los próximos años, sino también si será un país en el que nuestros hijos y nietos vivirán bien», agregó Fiala.
El partido liberal de los Alcaldes (STAM), socio actual de Spolu, conseguirá, según los sondeos un 11 % de los votos, similar a los Piratas, un partido que abandonó el Ejecutivo el año pasado. Estos dos partidos son los únicos posibles aliados de Fiala.
Por su parte, el tercer partido más votado, con un estimado del 13 %, sería el euroescéptico, prorruso y xenófobo SPD, del checo-japonés Tomio Okamura, quien, de ser socio de Babis, podría empujar a éste a posiciones más críticas con la Unión Europea (UE) y la OTAN.
Pero Babis necesitará probablemente el apoyo de al menos otro partido más, que podría ser la formación ‘Stacilo!’ (Basta!), que reúne a comunistas y socialdemócratas en su oposición a la OTAN y la UE, y en la negativa a apoyar a Ucrania.
El colectivo aliado de Babis también podría ser ‘Motoristé’ (Motoristas), una formación nueva, cuyo punto esencial es rechazar el plan de la UE de prohibir a partir de 2035 la venta de vehículos con motor de combustión, un tema relevante en un país con su fuerte industria automotriz.
Ambas formaciones minoritarias, cuya entrada en el Parlamento, con más de un 5 % de los votos, no está asegurada del todo, descartan unirse a ‘Spolu’ y sus aliados para formar un Ejecutivo.
Jordi Kuhs