Washington, 30 jul (EFECOM).- La Reserva Federal de EE.UU. (Fed) ha resistido la presión del presidente estadounidense, Donald Trump, y ha dejado los tipos de interés en su rango, entre el 4,25 % y el 4,5 %, aunque dos de sus integrantes votaron en contra de mantenerlos.
Según medios estadounidenses como el digital The Hill, es la primera vez en más de 30 años que dos de sus miembros se pronuncian en contra de la decisión colectiva.
El comunicado del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) reiteró al término de su reunión de dos días que «al considerar el alcance y el momento de los ajustes adicionales» se evaluarán «cuidadosamente las cifras entrantes, la evolución de las perspectivas y el equilibrio de riesgos».
La Fed añadió que se seguirán vigilando de cerca las implicaciones de la información entrante para las perspectivas económicas y sostuvo que, si surgen riesgos que puedan obstaculizar el logro de sus objetivos, el comité estará dispuesto a ajustar la orientación de su política económica.
La nota, que precede a la habitual conferencia de prensa del presidente de la Fed, Jerome Powell, apuntó que, «aunque las oscilaciones en las exportaciones netas siguen afectando las cifras, los indicadores recientes sugieren que el crecimiento de la actividad económica se moderó en el primer semestre».
Este último anuncio llega el mismo día en que el Buró de Análisis Económico (BEA) indicó que la economía EE.UU. creció un 0,7 % intertrimestral en el segundo trimestre, después de la contracción del 0,1 % registrada en el primer cuarto del ejercicio.
El producto interior bruto (PIB) estadounidense aumentó un 3 % en términos anualizados, frente al retroceso del 0,5 % anualizado del primer trimestre, algo que Trump celebró y aprovechó para insistir a Powell para que redujera los tipos.
Desde que el líder republicano inició su segundo mandato el pasado 20 de enero ha insistido a Powell para que reduzca los tipos.
En las últimas semanas ha arreciado sus ataques con mensajes casi diarios en los que asegura que la economía estadounidense marcha «mejor que nunca bajo su dirección».
El presidente no puede echar a Powell por un mero desacuerdo en materia de política monetaria, pero sí por causa justificada. Las obras de renovación de la sede de la Fed, con un sobrecoste de unos 700 millones de dólares, ha puesto en el punto de mira a Powell, a quien los republicanos le reprochan una supuesta mala gestión.