Quito, 2 jul (EFE).- El impacto de la inteligencia artificial (IA) en las universidades permitirá ampliar la innovación, la creatividad y el pensamiento crítico, pero con el reto de mantener una ética en su aplicación, según advirtieron este miércoles expertos durante un seminario que reunió a más de 9.500 participantes de la comunidad académica de España y Latinoamérica.
El objetivo del encuentro se centró en analizar, tanto de modo presencial como en línea, sus consecuencias, retos y oportunidades.
El seminario, titulado ‘Inteligencia Artificial y Universidad: Docencia, Investigación y Transferencia’, fue organizado en Quito por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) de España. Se realizó en colaboración con la Universidad de las Fuerzas Armadas de Ecuador (ESPE), y tuvo la participación de expertos de Ecuador, Colombia, Perú, Chile, Uruguay y Bolivia.
Bajo la moderación del presidente de la UNIR, Rafael Puyol, y de su vicerrector de Organización y Planificación Académica, Rubén González, rectores, académicos, investigadores, autoridades educativas y representantes institucionales reflexionaron sobre el efecto que la IA está teniendo —y tendrá— en la transformación del sistema universitario, la generación de conocimiento científico y la empleabilidad de los futuros profesionales en Ecuador y en el mundo.
El director académico de Relaciones Internacionales de UNIR, Manuel Herrera, comentó que, al igual que sucedió con la máquina de vapor durante la revolución industrial del siglo XIX, «la IA es otra gran revolución».
«Estamos en un momento clave dentro de la historia de la humanidad», dijo Herrera, para quien la IA «va a suponer (en el mundo educativo) la reducción de muchos procesos repetitivos, lo que nos permitirá ampliar una de las grandes dimensiones del ser humano, que es el tiempo, para dedicarlo a la innovación, el pensamiento creativo y crítico».
Asimismo, enfatizó que la IA «no va a sustituir en ningún momento al factor humano, pero el factor humano tiene que redefinirse», y es que «estamos no en una época de cambio, sino en un cambio de época» que exige reflexionar sobre sus repercusiones desde el punto de vista ético y formativo para definir qué sociedad se busca para este tercer milenio.
Aulas virtuales para expandir conocimiento

En el caso de la UNIR, Herrera recordó que ha sido una universidad que ha hecho de internet el instrumento para corregir desigualdades sociales, llevando la formación a personas y espacios que, de otra manera, quedarían totalmente excluidos.
«Nosotros apostamos por la aplicación de las nuevas tecnologías al aula. Estamos llevando a cabo el desarrollo de una serie de planes pilotos para incorporar la IA a la docencia, a la investigación y la transferencia», apuntó.
Así, señaló que la UNIR cuenta con cerca de 300 convenios con universidades de Colombia, Chile, Ecuador y Perú, con los que se busca transferir y compartir estos conocimientos. Por sus aulas virtuales han pasado más de 50.000 profesionales, 12.000 de ellos en capacitaciones sobre IA.
La UNIR cuenta con más de 33.000 estudiantes egresados en Ecuador y tuvo su primer convenio en el país con la ESPE, cuyo vicerrector de Investigación, Innovación y Transferencia de Tecnología, Joseph Guamán, señaló que han comenzado ya a introducirla en su malla curricular. Su aplicación se ha dado en áreas como la ciberseguridad y la ciberdefensa, especialmente en el procesamiento de datos y en la investigación.
Regulación, ética y acceso equitativo

De su lado, el presidente del Consejo de Educación Superior (CES) de Ecuador, Pablo Beltrán, valoró la importancia de la cooperación internacional «en unos tiempos donde la sociedad avanza a pasos agigantados». «Como Ecuador podemos aprender mucho de instituciones internacionales como la UNIR», reconoció.
«Como CES estamos abordando una reforma del reglamento del régimen académico para que se desarrolle en los chicos, a través del currículo, la ética en cuanto al uso de estas herramientas digitales», comentó Beltrán, cuya institución también busca democratizar el acceso a esos sistemas.
«Tememos que la introducción sin control de las herramientas digitales en la educación superior vaya a incrementar las brechas entre ciertos grupos de la población: aquellos que tienen mayor acceso a la tecnología y aquellos relegados en ese acceso. Buscamos que la IA se use a nivel de todos con ética, sentido crítico y haciendo un uso responsable de la autonomía», concluyó.
Durante el acto inaugural, la expresidenta de Ecuador y presidenta de la UNIR en Ecuador, Rosalía Arteaga, coincidió en la importancia de la ética para que (la IA) no se vaya de las manos «y sea un instrumento maravilloso con todas sus posibilidades».
La Agencia EFE contó con el apoyo de UNIR en la difusión de este contenido.