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La «revolución» de leer en silencio y en comunidad

El ilustrador, Miguelanxo Prado participa esta mañana como artista invitado en la quedada para leer en silencio que se ha celebrado en La Casa RIA de Santiago de Compostela. EFE/Xoán Rey.

José Carlos Rodríguez

Santiago de Compostela, 6 sep (EFE).- La Casa RIA ha acogido este sábado en Santiago de Compostela una particular actividad que está teniendo cada vez más tirón en diferentes ciudades del mundo: las ‘Silent Reading Parties’, encuentros entre personas desconocidas que se juntan para leer en silencio y, posteriormente, compartir sus experiencias.

Estas quedadas, importadas desde Estados Unidos, ya han llegado a España y en Galicia se han bautizado como ‘LeComigo’.

En Santiago, la librera Mercedes Corbillón es la coordinadora de estos encuentros en los que «está prohibido usar el teléfono móvil», porque lo que se busca es «disfrutar única y exclusivamente de la lectura», asegura en declaraciones a EFE.

El encuentro en la Casa RIA esta mañana ha tenido un éxito total y ha agotado todas sus plazas, con personas de todo tipo que han acudido al jardín a leer en silencio y en compañía.

Se trata del sexto encuentro de este tipo organizado en Santiago, ya que se celebraron quedadas con anterioridad en lugares como la Casa das Máquinas, la Fundación Eugenio Granell, el Museo das Peregrinacións, el Centro Sociocultural Maruxa e Coralia o la sede de la SGAE, a los que acudieron una media de 60 personas.

En la cita de este sábado, los asistentes han leído durante una hora y después han conversado en relación a sus experiencias y a la temática que se proponía: las biografías de cómic, con el historietista Miguelanxo Prado como invitado especial.

«Es hacer comunidad, hacer algo tan revolucionario como leer en silencio», señala Corbillón que también ha puesto en valor el hecho de realizar esta actividad en espacios de la ciudad «muchas veces desconocidos» y establecer relaciones con autores «sobre su perspectiva como lectores».

La organizadora reconoce que se trata de un fenómeno que «se está poniendo de moda» y considera que surge por la necesidad de «parar» y dedicar un poco más la cabeza a la «concentración», algo que sin duda ofrece la lectura.

«También lo hemos pensado como una forma de promover la lectura y de reivindicar a los lectores de una manera distinta y novedosa, que ya veis que tiene mucho éxito porque siempre están todas las plazas agotadas para todas las convocatorias», explica.

Para Corbillón, se trata de un momento «mágico, difícil de definir»: «Hay que vivirlo, estar ahí en estos entornos tan hermosos y solo escuchar el sonido de los pájaros, el silencio y tener esa imagen de concentración de cada uno metido en su libro, estando al mismo tiempo en comunidad y al mismo tiempo solos con la historia que nos está contando el autor que hayamos elegido es verdaderamente hermoso», opina.

Además de «buscar la belleza», Corbillón considera que se trata de un momento «revolucionario», porque aunque parezca «algo fácil de hacer», dejar el móvil durante una hora, por muy habituado que se esté a leer, no lo es, ya que siempre se encuentran distracciones, algo que no ocurre en estos particulares encuentros.