Kabul, 11 ago (EFE).- Kabul se enfrenta a una creciente crisis hídrica, con residentes en varios distritos sufriendo una grave escasez atribuida a una fuerte disminución de los niveles de agua subterránea, impulsada por la sobreexplotación, la escasez de precipitaciones y la gestión inadecuada del elemento líquido.
Los residentes de Kabul reportan una creciente dificultad para acceder al agua debido a que muchos pozos se han secado. Muchos miembros de familias realizan largos viajes y esperan horas frente a los pozos restantes.
«Mis hijos (de unos 7 y 11 años) y yo caminamos unos 30 minutos para venir aquí bajo este sol abrasador a llenar estos cinco bidones del pozo. Gracias a este dueño de casa por proporcionarnos agua», declaró Zianabo a EFE, una madre que esperaba con sus dos hijos su turno para llenar los bidones en el distrito 4 de Kabul.
Mientras muchas otras familias dependen del costoso suministro de agua, los residentes de varias zonas de la ciudad afirman que muchos pozos se secaron, lo que obliga a las familias a comprar agua a precios inflados.
«Es muy difícil pagar 2.000 afganis (unos 29 dólares) cada dos días por un camión cisterna que suministre agua, en esta situación de pobreza», declaró a EFE Abdul Shakoor, residente del distrito 7 de Kabul.
Según expertos ambientales, los niveles de agua subterránea de Kabul han disminuido a un ritmo nunca visto en décadas. «Esto se vuelve peligroso día a día», advierte a EFE el ingeniero Samiullah Jabarkhil, especialista en gestión hídrica.
El problema se ve agravado por el cambio climático, años de escasas precipitaciones y el crecimiento descontrolado de la población de la ciudad. Las nuevas y altas construcciones han intensificado la demanda de agua, mientras la infraestructura para suministrarla sigue siendo obsoleta e insuficiente.
En medio de la desesperación, la frustración de los ciudadanos se dirige hacia las autoridades talibanas, a quienes acusan de inacción.
«Hasta qué punto puede ser descuidado e incompetente un Gobierno; la falta de agua es un problema que amenaza la vida, mientras que ellos simplemente observan», lamenta Azizullah, otro residente de la capital.
Según expertos ambientales, los niveles de agua subterránea de Kabul han disminuido a un ritmo alarmante. «Esto se vuelve peligroso día a día; nunca habíamos visto un descenso semejante en décadas», explicó a EFE el ingeniero Samiullah Jabarkhil, especialista en gestión hídrica.