La tasa de inflación en la eurozona se mantuvo en el 2,2 % en abril

Imagen de archivo de un supermercado en Toledo.EFE/ Ismael Herrero

Bruselas, 2 may (EFE).- La tasa interanual de la inflación en la eurozona se mantuvo en el 2,2 % en abril, el mismo nivel registrado en marzo, según la primera estimación publicada este viernes por la oficina de estadística comunitaria Eurostat.

Sin embargo, la inflación subyacente, que excluye el efecto de los precios de la energía, alimentos frescos, alcohol y tabaco por ser los más volátiles y sirve de referencia al Banco Central Europeo para su política monetaria, aumentó tres décimas, hasta el 2,7 %.

Entre los componentes de la cesta de la compra, el mayor incremento de precios en abril se registró en los servicios, que se encarecieron un 3,9 % frente al 3,5 % del mes anterior, seguido de alimentos, alcohol y tabaco, cuya inflación aumentó una décima hasta el 3 %.

Por el contrario, la caída de los precios de la energía se aceleró hasta el 3,5 %, frente al descenso del 1,0 % observado en marzo, en tanto que la inflación de los bienes industriales no energéticos se mantuvo estable en el 0,6 %.

En España, la tasa de inflación interanual se situó justo en línea con la media de la eurozona, en el 2,2 %, en un mes en el que las subidas de precios más importantes se dieron en Estonia (4,4 %), Letonia y Países Bajos (3,9 % ambas), y Eslovaquia y Croacia (3,9 %).

También se situaron por encima del promedio europeo Lituania (3,6 %), Austria (3,3 %), Grecia, Bélgica (3,1 %), Grecia (2,7 %), Malta (2,5 %) y Eslovenia (2,3%), mientras que Alemania registró una inflación del 2,2 %.

Por debajo de la misma estuvieron Italia y Portugal (2,1 % ambas), Irlanda y Finlandia (2,0 %), Luxemburgo (1,7 %), Chipre (1,3 %) y Francia, que con un 0,8 % registró el menor alza de precios el mes pasado.

 

El descenso se frena

Al mantenerse en el 2,2 % en abril, la tasa de inflación en la eurozona frena la senda de descensos continuados que había iniciado en enero, pasando del 2,5 al 2,3 % en febrero y el 2,2 % en marzo, acercándose así al objetivo del 2 % con el que el BCE define la estabilidad de precios tras haber llegado a situarse incluso por debajo de esa cota (en el 1,7 % en septiembre) a finales del año pasado.

El descenso de la inflación ha llevado al BCE a recortar los tipos de interés varias veces desde junio pasado y el emisor sigue previendo que la inflación converja en torno al 2 % próximamente, pero ha advertido de que las tensiones en el comercio global incrementan la incertidumbre con respecto a la evolución de los precios.

La reducción de los precios energéticos, una mayor moderación de los salarios y un euro más fuerte podrían reducir la inflación, descenso que podría verse reforzado por la menor demanda de exportaciones europeas y el desvío a la eurozona de exportaciones de otros países, pero si las tensiones comerciales generan una fragmentación de las cadenas globales de suministro podrían encarecerse las importaciones, elevando con ello la inflación, han explicado.

De ahí que el BCE rechace comprometerse con una senda concreta de tipos de interés e insista en que las decisiones se tomarán reunión a reunión y en función de los datos que vayan llegado.

Los publicados hoy por Eurostat podrían enfriar las perspectivas de que Fráncfort aplique en su reunión de junio una nueva bajada de los tipos tras haberlos recortado en 175 puntos básicos desde junio del año pasado, hasta dejar la facilidad de depósito en el 2,25 %.