La tecnología, clave en la mejora del bienestar y el éxito reproductivo del lince ibérico

Fotografía de archivo de un lince. EFE/Salas

Huelva, 7 jul (EFE).- La recuperación que en las últimas décadas ha protagonizado el lince ibérico, pasando de 100 linces en 2002 a 2.400 el pasado año, es fruto de un trabajo que se ha centrado en mejorar el bienestar y el éxito reproductivo de la especie, algo en lo que ha sido y sigue siendo clave la tecnología.

Un ejemplo de ello es la herramienta ‘Scan’ que se utiliza en los centros de cría en cautividad del lince ibérico a través de la cual se obtienen para cada ejemplar 24 datos al día, 168 datos a la semana, 744 datos al mes y 8.760 datos al año.

El ‘Scan’, según la información del programa de cría consultada por EFE, es una metodología de observación estructurada y estandarizada que se basa en realizar tomas de datos de comportamiento una vez por hora, durante todos los días del año, a través de las cámaras de videovigilancia instalada en los recintos, para todos los linces alojados en ellos y sin interferir en su comportamiento natural.

Parámetros como la fecha y hora exacta, las condiciones meteorológicas, la actividad y el comportamiento del ejemplar o su ubicación dentro del recinto se anotan en hojas de cálculo que permiten su acumulación y análisis.

Estos datos, precisan desde el programa, permiten reconstruir el comportamiento diario de cada animal, evaluar su bienestar y detectar posibles alteraciones físicas o psicológicas; así como detectar patrones de comportamiento a lo largo del tiempo y cambios sutiles que pueden indicar problemas de salud, estrés o alteraciones sociales.

Además, con esos datos se realizan informes periódicos, que orientan decisiones clave como agrupar o separar ejemplares; modificar instalaciones, evaluar aptitud reproductiva o planificar liberaciones.

En esta tarea son clave los videovigilantes pues, aunque el Scan se apoya en tecnología, es un trabajo esencialmente humano; son ellos los que dedican horas diarias a observar, identificar comportamientos y documentarlos con rigor y objetividad.

Desde el programa de cría se destaca que el archivo generado por esta herramienta se consulta regularmente por veterinarios, cuidadores y responsables técnicos para orientar decisiones cotidianas. También actúa como indicador de bienestar, ya que permite detectar comportamientos anómalos o signos de estrés que no siempre se aprecian a simple vista.

Además, remarcan, su uso ha ayudado a detectar incompatibilidades sociales, identificar hábitos repetitivos o evaluar cómo responden los animales a nuevas condiciones, instalaciones o estímulos.