Londres, 15 ago (EFE).- Tres subcampeonatos consecutivos en la Premier League, una semifinal en la última temporada en la Liga de Campeones y una inversión millonaria en fichajes durante este verano han colocado a Mikel Arteta y al Arsenal en una posición de transformar su competitividad en títulos de gran envergadura.

El club londinese ya no es un aspirante, sino un contendiente consolidado, que pese a la profunda transformación liderada por el técnico español desde su llegada en diciembre de 2019 —cuando heredó un equipo en crisis, con un vestuario fragmentado y una afición resignada—, sigue viendo cómo los trofeos más codiciados se le escapan por pequeños detalles.
En estos casi seis años, Arteta ha devuelto al Arsenal a la élite europea y ha construido un bloque sólido reforzado este verano con la llegada de un ‘nueve’ de referencia y otros fichajes clave para tratar de agrandar su palmarés que, tras cinco años, se resume en una FA Cup en su primera temporada y dos Community Shield (2020 y 2023), logros que sirvieron para iniciar el cambio, pero que contrastan con la ambición actual de conquistar un título de primer orden.
Tres temporadas rozando la cima
Tras dos campañas iniciales en las que el Arsenal terminó octavo -fuera de puestos europeos- y quinto, que daba acceso a la Liga Europa, respectivamente, en la temporada 2022/23, lideró la Premier durante 248 días, más que cualquier otro equipo, pero una racha final de dos victorias en ocho partidos permitió al Manchester City de Pep Guardiola arrebatarle el título.
Un año después, los de Arteta mantuvieron la pelea por el campeonato hasta el final, pero la falta de un goleador fiable y las derrotas en partidos clave, como en Anfield y el Etihad, decantaron la balanza por dos puntos de diferencia a favor del City -91 para los Citizens’ y 89 para los ‘Gunners’.
La pasada temporada, 2024/25, el Arsenal volvió a finalizar en la segunda posición, esta vez superado por un Liverpool intratable en liga, lo que supuso su tercer subcampeonato consecutivo y una nueva ocasión en la que el título se le escapó.
El peso de la Champions
Más allá de la Premier League, la Liga de Campeones sigue siendo otro objetivo mayúsculo para el Arsenal, que nunca ha conquistado la competición y que solo disputó una final, en 2006, y el año pasado estuvo muy cerca de regresar al partido decisivo, pero cayó en semifinales frente al París Saint-Germain de Luis Enrique, que acabaría proclamándose campeón de Europa por primera vez en su historia.
En el camino hacia esa penúltima ronda, el conjunto ‘gunner’ firmó actuaciones memorables que evidenciaron el salto competitivo experimentado bajo la dirección de técnico donostiarra, especialmente la eliminatoria de cuartos de final ante el Real Madrid donde el equipo mostró una capacidad competitiva que en temporadas anteriores se le había resistido.
De cara a este curso, el Arsenal parte con un bloque más maduro y reforzado con fichajes de primer nivel transmitiendo la sensación de que los londinenses cuentan con argumentos para dar un salto definitivo en el escenario europeo, aunque son conscientes de que el reto será exigente.
El ‘nueve’ que pedía el proyecto
Si algo le faltaba a la plantilla era un delantero centro de primer nivel, capaz de decidir partidos igualados, después de tener que alternar entre Gabriel Jesus, Eddie Nketiah y Kai Havertz, que no aportaban la cifra de goles necesaria para desbancar al Manchester City y al Liverpool. Incluso la pasada temporada tuvo que recurrir al español Mikel Merino, un centrocampista reconvertido en ariete que aportó goles decisivos.
Este verano, la directiva escuchó a su entrenador y al mercado y cerró el fichaje del sueco Viktor Gyökeres por cerca de 70 millones de euros procedente del Sporting de Portugal, que anotó 43 goles en todas las competiciones la pasada temporada y que se postula como la pieza que faltaba para completar el ‘puzzle’.
Gyökeres no es el único refuerzo ya que a él se suman entre otros Martín Zubimendi, fichado de la Real Sociedad por 70 millones para reforzar el mediocentro, Noni Madueke, del Chelsea, para el extremo derecho, y el defensa hispano colombiano Christhian Mosquera, procedente del Valencia, para la defensa.
Una inversión récord
Con estos movimientos, el Arsenal ha invertido más de 215 millones en el mercado de verano que se suman a un grupo que ya cuenta con figuras como Bukayo Saka, Martin Ødegaard, Declan Rice y William Saliba.
La profundidad de plantilla es ahora una de las grandes armas, al poder rotar sin perder calidad, algo clave para competir en Premier, Liga de Campeones, FA Cup y Copa de la Liga.
Tras años quedándose a un paso de la gloria, esta temporada reúne todos los ingredientes para ser la definitiva: talento consolidado, refuerzos determinantes y la experiencia acumulada que podrían, finalmente, coronar el proyecto de Arteta con un título de primer nivel.
Javier Peña Atienza