Bruselas, 11 jun (EFE).- La Unión Europea utiliza cada vez más fondos comunitarios para financiar la prevención de incendios forestales, pero «el dinero no siempre se gasta eficazmente sobre el terreno», según la «conclusión inequívoca» de un análisis publicado hoy por el Tribunal de Cuentas de la Unión Europea.
«El refuerzo de las medidas preventivas contra los incendios forestales es sin duda un paso en la dirección correcta. Sin embargo, para evitar que el apoyo de la UE quede en nada, el dinero de la UE debe gastarse de manera que se garanticen los mejores resultados y un impacto sostenible», declaró el responsable de la auditoría del Tribunal de Cuentas de la UE, Nikolaos Milionis.
Los incendios forestales son una de las catástrofes naturales que se han intensificado debido al cambio climático, señalan los auditores, que agregan que generan unos «perjuicios económicos estimados en unos 2.000 millones de euros al año» y creen posible mejorar la resiliencia con mejor gobernanza y gestión.
Los auditores comunitarios animan a los países de la UE a dedicar más financiación a la prevención de incendios forestales, recurriendo por ejemplo al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, porque «más vale prevenir que curar».
Es lo que están haciendo países particularmente azotados por el fuego, como Portugal, que ha pasado de dedicar un 20 % del presupuesto para incendios a prevención al 61 % entre 2017 y 2022.
«Del mismo modo, en España, en la zona de Galicia, la prevención ha constituido la mayor parte del presupuesto de incendios forestales desde 2018», indica en estudio.
«Son señales alentadoras», subrayan los auditores, que recuerdan que el número de incendios forestales que afectaron a más de 30 hectáreas se triplicó en la UE entre los períodos 2006-2010 y 2021-2024, alcanzando una media anual de casi 1.900 hectáreas en este último período.
La superficie afectada también ha aumentado significativamente, hasta una media anual de más de 5.250 kilómetros cuadrados en los últimos cuatro años.
«En otras palabras, cada año, el equivalente a la superficie de Cantabria es pasto de las llamas en la UE», destacaron.
Pero los proyectos seleccionados para recibir fondos de la UE «no siempre se centran en ámbitos en los que el impacto será mayor», como demuestra que «en algunas regiones españolas, por ejemplo, el presupuesto se repartió entre todas las provincias, independientemente de los riesgos y necesidades».
Además, algunas de las medidas financiadas se basaban en información obsoleta, como en Grecia, uno de los países más sacudidos por las llamas en los últimos años y donde la lista de zonas propensas a los incendios forestales «tiene más de 45 años».