Pekín, 24 jul (EFECOM).- China y la Unión Europea (UE) constaron este jueves en Pekín su necesidad mutua de cooperar y dialogar, en una cumbre con tono frío y sin grandes acuerdos en la que Bruselas volvió a pedir a Pekín mayor equilibrio comercial y que use su influencia sobre Rusia para terminar la guerra en Ucrania.
Durante la cita, celebrada por los cincuenta años del establecimiento de lazos bilaterales, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, reiteró al presidente chino, Xi Jinping, el malestar de Bruselas por cuestiones como las barreras de acceso al mercado chino, el uso de tierras raras como herramienta de presión o las prácticas industriales de Pekín que considera «injustas».
«Hay mucho que podemos hacer juntos, pero tiene que haber soluciones pragmáticas», señaló Von der Leyen en una rueda de prensa al término de la cumbre, en la que estuvo acompañada por el presidente del Consejo Europeo, António Costa.
Y aunque la UE sigue dispuesta a seguir participando en ese «diálogo constructivo», las diferencias pesan y según la política alemana se ha llegado a «un punto de inflexión» ante el que Europa se reserva el derecho de «adoptar medidas proporcionadas y legalmente conformes para proteger sus legítimos intereses».
Von der Leyen defendió que China debe abrir su mercado -en sectores prioritarios como la carne, los cosméticos y los productos farmacéuticos- de forma «recíproca», mientras que la Comisión exhorta a Pekín a que ponga fin a las medidas de defensa comercial «injustificadas» así como a las «represalias contra las exportaciones de brandy, carne de cerdo y productos lácteos de la UE».
El país asiático tomó esas medidas en respuesta a la imposición de aranceles a vehículos eléctricos (VE) fabricados en China, un asunto que ninguna de las dos partes mencionó hoy pero sobre el que hay un pacto para reanudar las negociaciones en busca de un acuerdo de precios mínimos.
Entretanto, Von der Leyen pidió también «soluciones concretas» a cuestiones como los controles de China a las tierras raras, clave para los sectores de defensa, energía y automoción.
Dijo que Bruselas necesita «un suministro en el que se pueda confiar» por parte de China, que controla la producción mundial, para lo cual espera que Pekín autorice por la vía rápida el suministro de esos materiales al bloque comunitario.
La guerra en Ucrania, un escollo
Sobre la guerra en Ucrania, la política alemana afirmó que China «tiene influencia» sobre Rusia, y que espera que haga más para lograr «un alto el fuego y negociaciones».
«Esto tiene un impacto en la seguridad de Europa. Cómo China siga interactuando con la guerra será un factor determinante para nuestras relaciones en el futuro», dijo.
Pekín siempre ha recibido con desagrado las críticas europeas a China por su connivencia con Rusia tras su invasión a Ucrania, siempre ha negado haber suministrado «armamento letal» a Moscú e insiste en que nunca instigó ese conflicto.
Recientemente, el diario hongkonés South China Morning Post reveló que el ministro chino de Exteriores, Wang Yi, le aseveró a la principal diplomática de la UE, Kaja Kallas, que Pekín no puede aceptar que Rusia pierda esa guerra, ya que esto permitiría a EE. UU. centrar toda su atención en China.
Xi, por su parte, se limitó a subrayar en la reunión de hoy que los lazos deben brindar «mayor estabilidad y certidumbre globales» ante una «situación internacional cambiante y compleja» y a abogar por que ambas partes «se respeten mutuamente y busquen puntos en común», según los comunicados oficiales.
El mandatario chino confió en que China y la UE, a las que describió como «fuerzas constructivas del multilateralismo y la apertura», «fortalezcan la comunicación y fomenten su confianza».
Cambio climático y derechos humanos
Por otro lado, ambas partes acordaron «liderar los esfuerzos globales» para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y firmar una declaración conjunta sobre cambio climático.
La UE destacó que su contribución a las emisiones globales ha bajado al 6 % y reafirmó su objetivo de reducirla al 4 % para 2030, si bien el bloque instó a China a presentar un plan más ambicioso de reducción de emisiones hasta 2035 y a aumentar sus aportaciones financieras internacionales, en línea con su peso económico.
En ese sentido, la mandataria europea confió en avanzar hacia una participación conjunta en la COP30 que se celebrará en Brasil.
«Hemos mantenido un intenso diálogo sobre cómo optimizar nuestros sistemas de comercio de emisiones, por ejemplo. Compartimos el interés de promover la economía circular para convertir los residuos en un tesoro», dijo.
Por último, Bruselas también reiteró sus «profundas preocupaciones» por la situación de los derechos humanos en Xinjiang, Tíbet y Hong Kong, y destacó la reciente 40ª sesión del Diálogo UE-China sobre Derechos Humanos, organizada en Bruselas en junio.