La UE y Rusia se disputan el alma de Moldavia antes de decisivos comicios de septiembre

Imagen de archivo del presidente ruso, Vladímir Putin, y la líder de la región autónoma de Gagauzia, de Moldavia, Yevguenia Gutsul. EFE/EPA/MIKHAIL METZEL/SPUTNIK/KREMLIN POOL MANDATORY CREDIT

Moscú, 5 ago (EFE).- A menos de dos meses de las decisivas elecciones parlamentarias en Moldavia, la Unión Europea (UE) y Rusia han redoblado sus esfuerzos para inclinar la balanza a su favor entre los moldavos, que se debaten entre el ingreso en el bloque comunitario y el acercamiento a Moscú.

Una de las principales aliadas del Kremlin, la líder de la autonomía de Gagauzia, Yevguenia Gutsul, fue condenada este martes a siete años de prisión, lo que desató la indignación en Rusia.

Según el Kremlin, la sentencia contra Gutsul es «un ejemplo de una decisión políticamente motivada» y un intento de las autoridades de ejercer presión sobre sus oponentes.

La UE contra el mundo ruso

Según la presidenta moldava, la liberal Maia Sandu, Rusia ansía «controlar» Moldavia, por lo que prepara una «injerencia sin precedentes» en las decisivas elecciones de septiembre, algo que fue negado rotundamente por Moscú.

Las encuestas indican que el gobernante partido liberal Acción y Solidaridad tiene todas las posibilidades de ganar, pero esta victoria aún puede ser arrebatada por la oposición prorrusa.

«Nos espera un período difícil, pero esto no debe asustarnos, sino más bien movilizarnos», dijo la semana pasada Sandu, partidaria del rumbo europeísta del país de 2,3 millones de habitantes, situado entre Ucrania y Rumanía.

Más leña al fuego echó hoy la condena de Gutsul, detenida en marzo por sospechas de corrupción durante las elecciones municipales de 2023.

Según la acusación, Gutsul, quien fue recibida el año pasado por el presidente ruso, Vladímir Putin, participó en la transferencia de fondos entre Rusia y Moldavia que se utilizaron para apoyar al partido opositor prorruso Shor, ilegalizado hace dos años.

La política tachó su condena de un «ajuste de cuentas» por órdenes de arriba y aseguró que las autoridades «utilizan la represión como una herramienta para luchar con la disidencia».

Mientras, expertos en Chisinau auguran que la condena ahondará aún más la división entre los prorrusos y los europeístas de Moldavia de cara a su decisiva «batalla» del 28 de septiembre.

Combate reñido a la vista

Las elecciones de septiembre prometen ser muy reñidas también por la reciente creación de un bloque prorruso, cuyos miembros buscan derrotar al partido de Sandu en los comicios.

El bloque está integrado por el Partido de los Socialistas, principal grupo opositor, el Partido Comunista, que se sumó el lunes, y las formaciones minoritarias Futuro de Moldavia y Corazón de Moldavia.

«Abogamos por la soberanía, la neutralidad, por mantener buenas relaciones con todos, con Europa, obviamente, partiendo de nuestros intereses nacionales y el restablecimiento del diálogo con la Federación Rusa», proclamó Ígor Dodon, líder socialista, al solicitar la semana pasada el registro del bloque ante las autoridades electorales.

La Comisión Electoral Central de Moldavia prohibió a mediados de julio al bloque prorruso Pobeda (Victoria) -liderado por el oligarca Ilan Shor, prófugo y exiliado en Moscú- participar en las elecciones parlamentarias.

Como ocurriera en el referéndum europeísta de octubre de 2024, cuando el ‘sí’ ganó gracias al voto emigrante, la clave de la victoria la tendrá la diáspora moldava que trabaja y vive en países como Italia, España o Portugal.

La UE arropa a Moldavia

El mes pasado en Chisinau tuvo lugar la primera cumbre entre Moldavia y la UE.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, aseguró entonces que el futuro de ese país «está en la UE» y que el Kremlin no podrá obstruir la entrada de Moldavia «en la familia europea».

Mientras, la presidenta de Moldavia afirmó que unirse a los Veintisiete «no es un sueño inalcanzable», ya que los moldavos «lo están construyendo cada día».

Los dirigentes europeos destacaron además que durante los últimos meses, «en paralelo» a las negociaciones de ingreso que comenzaron el pasado año, Bruselas ha estado integrando la economía moldava en la europea con el fin de mejorar su competitividad.

De hecho, el pasado año más del 50 % de las exportaciones de este país -famoso por su vino y sus frutas- tuvieron como destino el mercado único, cuando antes la gran mayoría iban dirigidas a Rusia.

En esa línea, Von der Leyen anunció la concesión de la primera partida de 270 millones de euros -la UE prometió casi 2.000 millones de euros en tres años en apoyo al crecimiento-, lo que se traducirá en mejoras en hospitales, escuelas y comunicaciones.

Rusia, por su parte, aseguró que los países occidentales preparan para la antigua república soviética el papel de una «segunda Ucrania».

«Occidente está intentando por todos los medios convertir a Moldavia en una base militar de la OTAN para una posible confrontación con Rusia», dijo María Zajárova, portavoz rusa de Exteriores.