Brasilia, 10 jul (EFE).- La ultraderecha brasileña, liderada por el exmandatario Jair Bolsonaro, celebró este jueves los aranceles anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y atribuyó esa sanción al «autoritarismo» del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
«Pueblo brasileño, vamos a hacer que el mundo oiga nuestra voz. ¡Agradezcan al presidente Trump y vamos rumbo a la ley Magnitsky!», escribió en sus redes sociales el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente y que desde marzo está en Estados Unidos, abogando, según dijo, por «justicia» para su padre, procesado en la Corte Suprema por golpismo.
La ley estadounidense citada por el legislador, que se dice «en el exilio», establece sanciones para personas u organismos responsables de vulnerar los derechos humanos en cualquier parte del mundo.
El hijo de Bolsonaro fue un poco más allá y dijo que la «solución» para las sanciones anunciadas por Trump pasaría por la aprobación en el Parlamento brasileño de una «amnistía amplia y general» para su padre y todos los acusados de conspirar contra la democracia.
El llamado del diputado ha sido replicado por el bolsonarismo, agrandado por el hecho de que Trump, en la carta en que anunció su intención de aplicar aranceles del 50 % a los productos brasileños, se refiere explícitamente al juicio contra el líder ultraderechista.
De hecho, en el primer párrafo de esa carta, Trump cita «la forma en que Brasil» trata a Bolsonaro, afirma que el proceso en su contra es «una caza de brujas» y exige que esa «persecución» acabe «inmediatamente».
La única justificación económica fue un supuesto desequilibrio en la relación comercial bilateral, pese a que desde hace tres lustros es ampliamente favorable a Estados Unidos, incluso según los datos de ese propio país.
La diputada Carol de Toni, jefa del bolsonarismo en la Cámara baja, aseguró que «Trump ha dejado claro que Brasil está en su radar por causa de la escalada autoritaria» del Gobierno del progresista Lula, al que acusa de perseguir a la extrema derecha mediante la «censura» y el juicio contra Bolsonaro.
El gobernador del estado de São Paulo, Tarcísio de Freitas, un posible candidato presidencial de la ultraderecha para 2026, se sumó a ese coro, pese a que administra la región más industrializada de Brasil, que es donde mayor impacto tendrán los aranceles que Trump pretende imponer a partir del próximo 1 de agosto.
Freitas acusó a Lula de «poner la ideología por encima de la economía» y sostuvo que «no sirve esconderse detrás de Bolsonaro», pues «la responsabilidad es de quien gobierna».
Aludió así a la respuesta dada a Trump por el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) y todo el arco de izquierda, desde donde se ha afirmado que el líder republicano no esconde el carácter político de su decisión, que intenta «librar» a Bolsonaro de los tribunales.
En la derecha más tradicional, el rechazo a la medida de Trump ha sido generalizado, lo cual pudiera ahondar la grieta abierta en el movimiento conservador por el radicalismo de Bolsonaro.
El diario O Estado de São Paulo, que en sus 150 años de historia se ha identificado con el empresariado y el conservadurismo, publicó este jueves un durísimo editorial, en el cual exigió que Brasil «no se curve frente a la amenaza y la actitud marcial de Trump».
Según el periódico, «no hay otra conclusión frente a esa decisión confusa: se trata de una cosa de mafiosos» y que Trump «usa la amenaza de las tarifas comerciales para obligar al país a rendirse a sus absurdas exigencias».