La Universidad de Sevilla alerta de la contaminación de la mina de Aznalcóllar a Doñana

Imagen de archivo de uno de los accesos a la mina de Aznalcóllar (Sevilla). EFE/Jose Manuel Vidal

Sevilla, 25 jun (EFE).- Un nuevo estudio de la Universidad de Sevilla ha alertado este miércoles de una «grave» contaminación desde la mina de Aznalcóllar (Sevilla) al río Guadiamar y a Doñana.

El estudio, elaborado por un equipo multidisciplinar de la Universidad de Sevilla y liderado por el profesor de Ecología Jesús M. Castillo, advierte del peligro de bañarse en el río Agrio, que ha sufrido una alta mortandad de peces y ha visto cómo sus aguas se han teñido de turquesa por la elevada concentración de metales tóxicos.

El informe documenta un episodio de contaminación masiva por drenaje ácido de mina procedente de las escombreras de la Mina de Aznalcóllar tras las lluvias registradas en marzo, según ha informado la Universidad de Sevilla.

El 25 de abril de 1998 ocurrió el denominado desastre ecológico de Aznalcóllar producido por un vertido de lodos tóxicos en el parque nacional y Natural de Doñana causado por la rotura de la Balsa Minera de Aznalcóllar.

El equipo científico del nuevo estudio reclama la realización urgente de estudios detallados para esclarecer el destino y los efectos de los metales procedentes de la Mina de Aznalcóllar en el Guadiamar, las marismas de Doñana y el Estuario del Guadalquivir.

Asimismo, exigen una actuación inmediata de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la Junta de Andalucía para frenar la contaminación y evitar que la situación se agrave ante la posible reapertura de la mina, y de la Fiscalía de Medio Ambiente, ante el “daño ambiental evidente”.

El estudio, en el que han participado también expertos en Zoología y Geografía Humana, alerta sobre el vertido de aguas ácidas con altas concentraciones de metales potencialmente tóxicos que han desencadenado una elevada mortandad de peces en el contra-embalse del río Agrio.

Esas aguas continúan contaminando los ríos Agrio, Guadiamar -conocido como río “Quema” en la peregrinación al Rocío- y Guadalquivir, así como espacios protegidos como el Corredor Verde del Guadiamar y el Espacio Protegido de Doñana.

Las mediciones de metales las ha realizado el Servicio de Análisis del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología (IRNAS) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Esas aguas turquesas que desde hace tres meses llegan al río Guadiamar presentan concentraciones de cadmio (4,5 veces superior a la permitida), cobre (4,8 veces superior a la permitida) y zinc (7,5 veces superior a la permitida) muy por encima de los límites legales, lo que estaría provocando toxicidad en organismos acuáticos.

Se estima que, en solo una semana, fueron transportados al Guadiamar 3.580 kilos de zinc, 961 kilos de manganeso, 275 kilos de aluminio, 301 kilos de cobre y 14 kilos de cadmio.

Esta contaminación ha afectado a especies protegidas como la anguila europea, en peligro crítico de extinción, y es una amenaza para la conservación de Doñana, uno de los principales espacios naturales de Europa.

Además, el estudio subraya que la persistencia de la contaminación pone en riesgo miles de empleos vinculados a la pesca, la acuicultura, la agricultura, la ganadería y el turismo aguas abajo de la mina.

En concreto, refieren que, aunque el pastoreo está prohibido a lo largo del Corredor Verde del Guadiamar, hay rebaños de cabras que acceden a él para pastar, y ganado, especialmente vacuno y equino, en las Marismas de Doñana, que podría estar viéndose afectado pues.

Mientras tanto, la Junta de Andalucía ha defendido este miércoles la minería como una actividad “esencial” y ha llamado a aprovechar el potencial andaluz.

El consejero de Industria, Energía y Minas, Jorge Paradela, ha avanzado que la autorización de Los Frailes en Aznalcóllar eleva al 32 el objetivo de su departamento de producción minera autorizada, que había fijado en el 20 % para la legislatura.