Madrid, 12 abr (EFE).- La volatilidad suprema en los mercados desde el llamado “Día de la Liberación” del presidente de EE. UU., Donald Trump, por el temor a una recesión y por el caos de una política arancelaria que continuamente se desdice predice un futuro incierto en el que debe imperar la calma.
Desde el pasado 2 de abril en el que Trump concretó un sinfín de aranceles para prácticamente todos los países, y después de que se desdijera y diera un margen de 90 días a los que no tomen represalias, las bolsas mundiales se han visto inmersas en la más absoluta confusión, llegando a perder más de 9 billones de euros de capitalización.
El Euro Stoxx 600, índice bursátil compuesto de las 600 principales compañías por capitalización bursátil europeas, ha perdido en la semana un 2 %.
Ahora los mercados sometidos a la cuerda floja de un futuro incierto en el que se ha tomado una solución pasajera de interrupción arancelaria pero no definitiva cotizan en el temor de cómo puede seguir avanzando una política arancelaria que puede ser un golpe de efecto de Trump para lograr rédito, pero que ya afecta a la economía de EE. UU.
Los analistas consideran que la venta masiva de bonos estadounidenses y el aumento del coste del endeudamiento del país han sido determinantes para que Trump rectifique su plan arancelario y de ahí la pausa, a excepción de China, para los que los ha aumentado al 125 %.
El hundimiento del mercado de bonos estadounidense con el inesperado retroceso del dolar inquieta a los inversores, que se cuestionan cuáles pueden ser las razones que estarían motivando esta situación, con argumentos que van desde cuestiones técnicas del mercado hasta movimientos más estructurales en torno a la economía global.
China ha subido este viernes del 84 al 125 % los aranceles sobre todos los bienes de Estados Unidos y ha avisado de que ignorará futuras tasas de Washington, al considerar que ya no tienen efecto económico, en respuesta a que Trump se los elevara hasta el 104 %.
Tranquilidad y visión a medio plazo ante la volatilidad
Ante este entorno incierto y en el que nadie se atreve a dibujar cómo evolucionará, economistas y analistas coinciden en no tomar decisiones apresuradas y esperar a ver el desarrollo de los acontecimientos.
Según los analistas de Bankinter, en esta etapa de “configuración” de la nueva estructura comercial, la dificultad para estimar el impacto final a la baja sobre el crecimiento y al alza sobre la inflación mantendrá la preferencia por activos con un bajo perfil de riesgo.
Banca March cree que aunque la volatilidad continuará, las reacciones a potenciales nuevos acuerdos serán rápidas e imprevisibles, por lo que es necesario no sucumbir al ruido de corto plazo, mantenerse invertido y tener una visión de medio plazo.
El director de Investigación Estratégica de Schroders, Duncan Lamont, explica que es normal que la sensación de pánico se apodere de los inversores en momentos como los actuales, pero ha recordado que el mercado de valores cae un 20 % una vez cada cuatro años, de media, un 10 % la mayoría de los años.
El asesor de Tesys EAF, Antonio Fernández Quesada, apunta que hay momentos en los que hay que estar tranquilos y no hacer nada, mientras el economista sénior de Generali AM, Paolo Zanghieri, cree que el giro de 180 grados en materia de aranceles ha supuesto cierto alivio al demostrar que existen limitaciones que impedirán movimientos extremadamente disruptivos.
Más optimista se muestra la gestora de fondos de inversión y planes de pensiones Bestinver, que cree que existe una oportunidad de inversión histórica con un escenario a medio y largo plazo equilibrado, en el que el pesimismo ya se está descontando en la cotización de las acciones de las empresas.
El euro está en máximos de hace 3 años y el oro, imparable
Ante un dólar fuertemente afectado por la política de Trump, el euro se revaloriza y mantiene su marcha alcista, llegando a superar los 1,1450 dólares, máximo desde hace más de tres años, mientras que el oro actúa más que nunca como activo refugio revalidando de forma constante sus máximos históricos y buscando la siguiente cota de 3.250 dólares la onza.
Por su parte, la criptodivisas se han mantenido relativamente bien después del Día de la Liberación, y en el caso específico del bitcoin, desde que alcanzó un máximo histórico de 109.350 dólares el 20 de enero, su precio ha bajado un 25 %, cotizando actualmente en el entorno de los 81.600 dólares.
El analista de eToro, Simon Peters, no ha considerado alarmante la disminución del bitcóin en comparación con hace un año, dada la volatilidad actual.