Los Corrales de Buelna (Cantabria), 4 sep (EFE).- La Vuelta a España 2025 espera retomar este viernes la atención sobre lo deportivo con su llegada a Asturias, uno de sus lugares icónicos, y a uno de sus puertos míticos, L’Angliru, ascensión de las más duras del ciclismo mundial, según consideración de buena parte del pelotón internacional.
Los días anteriores han sido tremendos, durísimos, para la Vuelta por las protestas contra la participación del Israel-Premier Tech en la carrera.
Especialmente el de Bilbao, donde se desató el caos en la línea de meta y tuvo que neutralizarse la llegada, aunque también hoy en Cantabria. Más en la salida en Laredo, con cientos de personas concentrándose y manifestándose en la línea de salida.
Era ya la cuarta etapa con problemas en ese sentido. La primera fue la crono de Figueres, cuando activistas propalestinos frenaron al Israel en la crono por equipos y la segunda en Navarra, en Lumbier, donde saltaron a la carretera manifestantes para obstaculizar la carrera.
Consecuencia de ello, un conflicto que ha hecho tambalear a una Vuelta a España asediada y sin mucha ayuda para solucionar una crisis que le trasciende. Como quizá también le trascienda al Israel la decisión de abandonar la carrera.
Esa, la de que el Israel no siga, es la solución que desliza todo el entorno de la carrera, pero que corresponde a un equipo que se ha ganado el derecho de participar y al que la Vuelta, desde el punto de vista deportivo, no puede poner ni un pero.
«El equipo sigue, es obvio. Y al Vuelta tiene sus límites», aseguró su director, Javier Guillén, que está centrado en «la seguridad física de los corredores».
Guillén seguro espera como agua de mayo un L’Angliru con el espectáculo que acostumbra y capaz de atraer una atención en los últimos días a otro foco alejado de lo extradeportivo, gracias a los Jonas Vingegaard, Joao Almeida, Tom Pidcock, Juan Ayuso y compañía.
Es decir, de las estrellas llamadas a luchar por el podio -o tener gran protagonismo- en una carrera diseñada para que casi todos los días haya cosas que contar del desenlace de las etapas y que mañana en L’Angliriu arranca su fase decisiva.
Tras L’Angliru, la Farrapona, después el Morredero, más tarde la crono de Valladolid y finalmente, entre las citas especialmente decisivas, la Bola del Mundo.
Los puntos a los que mirar siempre y cuando remita lo extradeportivo, unas protestas por la participación del Israel que habrá que ver si decaen. Empezando mañana en la llegada a L’Angliru, unos de los puntos que, a priori, iba atraer la principal atención de esta 80ª edición de La Vuelta.
Ramón Orosa