A Coruña, 4 jul (EFE).- La Xunta de Galicia ultima un decreto autonómico para registrar y someter a inspecciones sanitarias periódicas a operadores como foodtrucks y puestos ambulantes que venden comida en ferias, mercados y festivales, que tienen en el verano su época estrella, cuando las elevadas temperaturas pueden causar problemas como ha ocurrido en el Trasan Fest con un brote de salmonela asociado a la tortilla.
Este decreto, para registrar a estos operadores, está en las «últimas fases previas» a su publicación, ha explicado este viernes a EFE el jefe del Servicio de Seguridad Alimentaria de la Consellería de Sanidade, José Ángel Viñuela, que ha señalado que en este tipo de eventos no se hace un control específico por parte de los inspectores de salud pública.
Con ello, los puestos que vendan comida en festivales como el Trasan Fest, celebrado en el municipio coruñés de Oza-Cesuras el pasado fin de semana donde se ha producido un brote de salmonela que afecta 159 personas de varias comunidades autónomas, con 45 de ellas hospitalizadas en Galicia, pasarán a recibir inspecciones periódicas, como ya ocurre con bares y restaurantes.
La legislación autonómica actual deja en manos de los ayuntamientos el control de la venta ambulante, pero el Gobierno gallego ultima una modificación para adaptarla a la nueva normativa estatal, que recoge que estos operadores deben ser registrados por las autoridades autonómicas.
Al estar registrados, los operadores ambulantes deberán someterse a inspecciones de sanidad, cuya periodicidad dependerá del nivel de riesgo asociado a cada tipo de establecimiento.
Son los controles que ya se realizan a restaurantes y bares, con frecuencias que van desde uno al año (cuando el riesgo es alto) a uno cada cinco años (cuando es muy bajo).
«Es un paso adelante», ha defendido Viñuela, que ha referido que para estas inspecciones habrá que tener en cuenta las «condiciones especiales» de estos establecimientos, porque no se les puede exigir, por ejemplo, que tengan una conexión a la traída municipal de agua como a un restaurante.
El jefe del Servicio de Seguridad Alimentaria incide en que estos controles, realizados por los inspectores de la Consellería, no tendrán que ser siempre durante un evento y podrán realizarse en la propia dirección de la empresa.
En ferias, mercados o festivales, es el Ayuntamiento el que normalmente concede la autorización y quien debe verificar que los operadores cumplen con los requisitos para vender comida, pero «algunos no tienen recursos» para hacerlo.
En esos casos pueden pedir la colaboración de las autoridades sanitarias, aunque Viñuela ha reconocido que no suele haber muchas peticiones de este tipo.
La legislación valorará el riesgo en función del tipo de establecimiento, pero no tendrá en cuenta factores como el lugar donde se va a operar, por ejemplo al aire libre, o las condiciones ambientales, como las altas temperaturas.
En esos casos, es la empresa quien «tiene que aumentar el celo»: «El responsable es el operador, que tiene la obligación de saber y conocer los riesgos asociados a lo que está haciendo», ha insistido el jefe de Seguridad Alimentaria, que refiere que Sanidad no puede hacer «inspecciones diarias» a todos los establecimientos.
A pesar de que actualmente no reciben inspecciones periódicas, los operadores como foodtrucks sí están ya bajo el régimen sancionador legal, por lo que pueden ser sancionados si se detectan incumplimientos de las normas sanitarias.
Las inspecciones a puestos ambulantes son una demanda de los hosteleros, que consideran que deben aplicarles «como mínimo las mismas medidas» que a restaurantes y bares, ha afirmado en declaraciones a EFE el presidente de la Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de Galicia, Cheché Real.
«Sea donde sea, en un establecimiento de nuestro sector o de este otro tipo, es una muy mala noticia que sucedan estas cosas porque genera desconfianza», ha lamentado.
Prosigue la investigación
La Consellería de Sanidade continúa investigando el origen del brote de salmonela que afectó al festival en Oza-Cesuras, centrados en unas tortillas que se sirvieron en uno de los puestos.
Viñuela ha explicado que están investigando la manada productora de los huevos para identificar si da positivo por la bacteria de salmonela, pero también se analizan los factores que pudieron contribuir a que se expandiese «de manera exponencial», como las altas temperaturas o la preparación y conservación del alimento.
«Hay que ver qué factores han sido más determinantes, para adoptar medidas para que no vuelva a ocurrir», ha concluido.