Tegucigalpa, 8 sep (EFE).- El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras (Conadeh) lanzó este lunes la campaña ‘La ausencia tiene nombre. Una llamada a la memoria, la justicia y la acción’, orientada a la búsqueda de decenas de hondureños desaparecidos en las últimas décadas, en su mayoría en la ruta migratoria.
«El objetivo del lanzamiento de ‘La ausencia tiene nombre’, es precisamente no solo dejar este flagelo y el tema de la desaparición en cifras», dijo a EFE la titular del Conadeh, Blanca Izaguirre, quien lanzó la campaña ante representantes del Ministerio Público (Fiscalía), la Policía Nacional, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Cruz Roja Internacional, entre otros invitados.
Agregó que también se busca «poder poner nombres, conocer los testimonios atrás de cada historia, es saber el tiempo que llevan en la búsqueda los familiares de esas personas que han sido desaparecidas y luego la falta de articulación que hay en el Estado y en la institucionalidad para poder atender esta problemática».
Entre los invitados también había familiares de hondureños que llevan varios años buscando a un hijo, un hermano o cualquier otro pariente desaparecido, sin saber nada de ellos.
Izaguirre señaló que la desaparición de personas en Honduras no es algo que se limitó al decenio de 1980, cuando cerca de doscientas fueron desaparecidas por cuestiones políticas, en el marco de una doctrina de ‘seguridad nacional’ impuesta por los militares.
«No es algo que se limitó a los años 80, simplemente hay otras modalidades, pero es algo que sigue sucediendo, es una realidad en nuestro país que no ha sido atendida de manera integral y que no se ha abordado con un enfoque de derecho humano», recalcó.
Señaló además que de la mayoría de personas desaparecidas no se tiene su paradero, y que según relatos de familiares, algunos dicen «que lo vieron por última vez en México (…) en San Antonio (Texas, EE.UU.), que lo vieron por última vez en Guatemala».
Izaguirre expresó que la mayoría de las personas desaparecidas en el pasado reciente emprendieron «la ruta migratoria», en su mayoría a Estados Unidos, y que entre ellas hay niños, mujeres, hombres y adultos mayores.
Algunas de esas personas llevan más de quince o veinte años de haber desaparecido.
Piden ayuda gubernamental
Blanca Amaya, la madre de Edgard Nahum Hernández, indicó a EFE que su hijo se fue con la idea de llegar a Estados Unidos y que, al parecer, llegó hasta la frontera entre México y ese país, y se aprestaba «a cruzar el río».
«Lo único que nos dijeron es que él había quedado a orilla de brecha para que lo agarrara migración y desde entonces nosotros no sabemos nada de él. Ya son cinco años de no saber nada de él. Él iba a cruzar para Estados Unidos, en la frontera de Arizona», agregó.
En San Pedro Sula, norte de Honduras, Hernández trabajaba en una agencia de venta de repuestos de vehículos, pero «decidió emigrar».
Su madre también indicó que cuando Edgar Nahum se fue, el 26 de mayo de 2020, tenía 28 años y que en Honduras dejó una niña.
Amaya le pidió a las autoridades de su país que «pongan mano a eso, porque nosotros también necesitamos respuestas, que no quede el caso impune porque son seres humanos, como todos».
Desde El Progreso, departamento de Yoro, norte, llegó Karla Edelmira Gallardo, la única hermana de José Ramón Gallardo, quien relató a EFE que él «desapareció en Reynosa (México) en el 2018».
«Vengo buscando a mi único hermano que desapareció en Reynosa, en el 2018. En su última llamada me dijo que iba a cruzar el río, después no supe absolutamente nada de él, he buscado, he tocado puertas, unas se me han abierto, otras se me han cerrado, lamentablemente», añadió.
La hermana de Edgar Nahum portaba una pequeña manta con el mensaje exigiendo «la aprobación de una ley en búsqueda de protección jurídica de personas desaparecidas y sus familiares».
Según el relato de Gallardo, su hermano decidió irse del país por falta de un empleo, lo que en parte atribuye quizá a que no tenía un título universitario y «se fue en busca de lo económico al otro lado».
La madre de Edgar Nahum se enfermó y después murió «de tanto dolor» por no volver a saber nada de su hijo, que «nunca se ha encontrado, ni vivo ni muerto, aunque la esperanza es de encontrarlo vivo. Yo sigo buscándolo y esperándolo con los brazos abiertos y que el Gobierno nos ayude», acotó Karla Edelmira.