Bilbao, 21 may (EFE).- Los aficionados del Tottenham Hotspur y el Manchester United con entrada para el partido, en principio un mínimo de 30.000, han comenzado a acceder al estadio de San Mamés sin incidentes reseñables para presenciar, desde las 21 horas, la final de la Liga Europa.
Los seguidores de los dos equipos ingleses se desplazaron al estadio en su mayoría desde sus respectivas ‘fan zones’, más alejada la del United, en el Parque Etxebarria, y más cercana la del Tottenham, en el Parque Ametzola.
Con apenas un goteo por los vomitorios de entrada a ‘La Catedral’, al interior del estadio ya llegaba un tremendo ruido desde el exterior, donde las dos aficiones no dejaban de cantar canciones de ánimo para sus respectivos equipos.
A ellos contribuían los altavoces del estadio, con diferentes temas musicales a todo volumen.
En el camino de los seguidores de los ‘red devils’ se encontraba la popular calle Pozas, la zona que centraliza el ambiente previo a los partidos del Athletic.
Una vez han accedido los seguidores con entrada al perímetro cerrado del campo, en la explanada del estadio, la atracción para sacarse fotos con las que inmortalizar el día, el punto donde casi todos se paraban, era la estatua a José Ángel Iribar, el mítico ‘Chopo’ leyenda viva del Athletic.
Un club que verá el choque con cierto aire de decepción por no haber podido alcanzar una final en casa con la que soñó meses y de la que le descabalgó el United.
Ahora, habrá que ver si el equipo de Mánchester, muy exigido por una complicada situación económica y deportiva, aprovecha la ocasión que se le ha presentado o lo hace el Tottenham, que también llega necesitado.
A pesar de ese estado de necesidad, de momento, en Bilbao el comportamiento de sus hinchas está siendo irreprochable.
