Las cooperativas, el modelo alternativo a comprar o alquilar que busca asentarse en España

Imagen de archivo de un grupo de viviendas en Barakaldo (Vizcaya). EFE/Miguel Toña

Madrid, 8 mar (EFE).- Las cooperativas de derecho de uso, una iniciativa a caballo entre la compra y el alquiler, irrumpen como una solución más ante la crisis de vivienda que sufre España y multiplican sus proyectos de cara a los próximos años, aunque siguen lejos de Viena o Copenhague, ciudades donde su profusa implantación ayuda a rebajar el precio de la vivienda.

Aunque no se han formado como respuesta a la crisis de la vivienda, pues ya acumulan más de una década en la península, este modelo ha ganado protagonismo en los últimos meses y varios colectivos como Entrepatios y Sostre Cívic desean disparar sus proyectos en esta próxima década y que se construyan 2.000 pisos de este estilo en los dos próximos años.

Estas cooperativas, explican a EFE José Téllez, miembro de comunicación de la catalana Sostre Cívic, y Nacho García Pedraza, de la madrileña Entrepatios, “combinan las ventajas de la compra, ya que los contratos son indefinidos, y del alquiler, porque las cuotas mensuales que se han de pagar están por debajo del mercado”.

Los residentes de este tipo de vivienda son propietarios de la cooperativa, que siempre es la titular de las viviendas y se crea con voluntad de duración indefinida, por lo que el modelo no se puede transformar para obtener viviendas de propiedad privada y sigue siempre sin ánimo de lucro.

Tanto Téllez como García Pedraza defienden que este modelo tiene capacidad de gestionar un gran parque, aunque para ello se necesita que el porcentaje de este tipo de viviendas suba, como en Viena y Copenhague, donde el parque público supera el 30 % del total.

Sostre Cívic cuenta con 14 proyectos finalizados, en los que habitan 190 familias, pero la previsión para 2027 es que haya 506 familias y 22 proyectos. En total, en Cataluña hay ya 67 edificios de vivienda cooperativa, con 1.190 viviendas, aunque 37 de ellos -783 viviendas- están todavía en fase de promoción.

Por su parte, Entrepatios, expone García Pedraza, cuenta con dos proyectos ya finalizados, mientras espera conseguir el suelo de un tercero en la Comunidad de Madrid para insistir en este modelo.

 

Créditos para la inversión inicial, la gran reclamación

Están lejos de los más de 10.000 proyectos de este estilo en Dinamarca y, por ahora, el gran inconveniente es la inversión inicial, aunque aun así el coste sigue siendo “mucho menor que la entrada de un piso”.

Téllez insiste en el ejemplo de otros países que ceden suelo público para ayudar a impulsar este tipo de proyectos y recalca el apoyo recibido mediante créditos ‘blandos’ del Instituto Catalán de Finanzas y un crédito de 31 millones de euros logrado a través del Council of Europe Development Bank.

Pero “todavía falta algo más estructurado”, con un marco regulatorio claro, un apoyo financiero “que no sea anecdótico” o beneficios fiscales, porque si estas medidas se combinan, “se puede llegar a que las cooperativas gestionen un porcentaje muy alto del parque” y que sea “complementario” al alquiler o a la venta.

Por su parte, Nacho García Pedraza, inquilino de uno de los proyectos de Madrid a través de Entrepatios, recalca que este tipo de modelo “evita la especulación” y ayudaría a reducir la emergencia habitacional existente.

Sin embargo, lamenta que en el caso de Entrepatios, ubicado en Madrid, estos proyectos se han tenido que “sacar a pulmón”, sin ayudas y por eso han sido de perfil más ‘sénior’, pero insiste en que este tipo de modelo quiere llegar a las 2.000 viviendas más en todo el territorio español en los dos próximos años.

Para el miembro de Entrepatios, la clave es el apoyo público en la concesión de suelo, en ayudas a acompañamientos y en el descenso de impuestos: “Como no hay un marco que regule la cesión de uso, y las instituciones no saben si es alquiler o venta, nos comemos los problemas de ambos”, resalta.

 

Viena y Copenhague, dos ejemplos

En el caso de Viena, hay 211.000 pisos de este estilo y, según el propio ayuntamiento vienés, estas promociones están construidas por sociedades cooperativas en el sector de la construcción por iniciativa social, en las que se puede entrar a vivir a través del pago “con frecuencia de la contribución a la financiación”.

“El importe de la contribución dependerá de la superficie del piso, de la edad del piso y de su ubicación. Cuando deje de arrendar el piso de cooperativa en Viena, le devolverán gran parte de su contribución”, informa el propio Ayuntamiento.

 Téllez insiste en que en estos bloques existe -y también requiere- un mayor compromiso con los vecinos: “Hay muchas decisiones que toman los socios, como el sistema de cuotas o la rehabilitación, pero las instalaciones también son centralizadas, y el internet o la luz son compartidas, lo que permite ahorrar a final de mes”.