Praga, 3 oct (EFE).- Los colegios electorales en Chequia abrieron este viernes a las 14.00 hora local (12.00 GMT) para dos jornadas de votaciones, tras una campaña dominada por el descontento por la economía y los posibles cambios en política exterior si regresa al poder el magnate populista Andrej Babis, líder en las encuestas.

Las urnas estarán abiertas este viernes hasta las 22.00 hora local (20.00 GMT) y volverán a abrir mañana, sábado, entre las 08.00 y 14.00 hora local (06.00 y 12.00 GMT), para cuando se esperan las primeras proyecciones y estimaciones de resultados.
Un total de 26 partidos y coaliciones se presentan a estas elecciones para elegir a los 200 miembros de la Cámara Baja.
El principal favorito para ganar los comicios, con el 30 % de los votos según los sondeos, es el exprimer ministro Babis, de 71 años, un millonario que se describe a sí mismo como «trumpista».
El partido de Babis, llamado ANO, necesitará sin embargo uno o más socios para poder formar una coalición.
La actual coalición, encabezada por la alianza de centro derecha liberal ‘Spolu’ (Juntos), del primer ministro conservador Petr Fiala, tendrá, según las encuestas, en torno al 20 %, ocho puntos porcentuales menos que hace cuatro años.
El partido de los alcaldes STAM, socio actual de Spolu, conseguirá, según los sondeos un 11 % de los votos, similar a los Piratas, un partido que abandonó el Ejecutivo el año pasado.
Si bien todo indica que Babis será la fuerza más votada y obtendrá algo más de un tercio de los 200 escaños en el Parlamento, enfrenta una complicada búsqueda de socios para formar un ejecutivo.
El tercer partido más votado, con un estimado 13 %, sería el euroescéptico, prorruso y xenófobo SPD, del checho-japonés Tomio Okamura, quien, de ser socio de Babis, podría empujar a éste a posiciones más críticas con la Unión Europea (UE) y la OTAN.
El magnate, uno de los hombres más ricos del país con una fortuna milmillonaria, considera que Chequia no debe ayudar tanto a Ucrania, para ocuparse más de los problemas sociales de los ciudadanos checos, y se opone a la introducción del euro en República Checa.
Chequia, un país excomunista de unos 10,9 millones de habitantes, acogió en torno a medio millón de refugiados de guerra ucranianos y fue durante los últimos años uno de los aliados más firmes de Ucrania.
Mientras, el primer ministro Fiala, un académico de 61 años, trata de contrarrestar su impopularidad y el descontento popular por la situación económica con la advertencia de que si Babis regresa al poder, la democracia se deteriorará y el país podría abandonar su rumbo europeísta.
En el límite del 5 % de los votos para entrar en el Parlamento hay otros dos partidos que podrían pactar con Babis: ‘Stacilo!’ (Basta!), que reúne a comunistas y socialdemócratas en su oposición a la OTAN y la UE, y en la negativa a apoyar a Ucrania.
Y ‘Motoristé’ (Motoristas), una formación cuyo punto esencial, y casi único, es rechazar el plan de la UE de prohibir a partir de 2035 la venta de vehículos con motor de explosión, un tema relevante en la República Checa, con su fuerte industria automotriz.