Las empresas afrontan con resignación la entrada en vigor de los aranceles de EEUU

Imagen de archivo del ministro de Economía, Carlos Cuerpo. EFE/Mariscal
Madrid, 7 ago (EFE).- Las empresas exportadoras españolas afrontan con resignación la entrada en vigor de los nuevos aranceles del 15 % para los productos de la Unión Europea en Estados Unidos, una medida que, en España, amenaza especialmente a los sectores agroalimentario, industrial, energético y químico. El acuerdo, alcanzado por el presidente estadounidense, Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, a finales del mes de julio, establece que los productos europeos estarán sometidos a un gravamen del 15 %, aunque quedan excluidos algunos «productos estratégicos». Dicho pacto podría quedar en papel mojado, después de que Trump haya amenazado este martes con subir dichos aranceles hasta el 35 % si el bloque comunitario no invierte los 600.000 millones de dólares que acordó inyectar a la economía del país norteamericano. Así, el presidente de EE.UU. mantiene la presión arancelaria y provoca un incremento de la incertidumbre, una situación que afecta de manera directa a las empresas exportadoras. Las empresas exportadoras, «relativamente satisfechas» El presidente del Club de Exportadores e Inversores, Antonio Bonet, ha comentado en declaraciones a EFE que el acuerdo «podía ser mejor», pero ha reconocido que están «relativamente satisfechos», en primer lugar porque «evita una guerra comercial» con «consecuencias impredecibles y malísimas» para la Unión Europea, España y EEUU. Además, ha remarcado que el pacto «reduce muy sustancialmente la incertidumbre», aunque «no del todo», algo clave para las empresas, que «necesitan tener una relativa certeza del entorno en el que se están moviendo» -regulatorio, arancelario y económico- para poder operar, planificar el futuro y hacer inversiones. De cara al futuro, Bonet ha dicho que espera que se retomen las negociaciones para la creación «de una zona de libre comercio transatlántica». Las exportaciones caerán el 10 %, según la Cámara La Cámara de Comercio, por su parte, calcula que la entrada en vigor de un arancel del 15 % generalizado podría provocar una caída del 10,1 % en las exportaciones españolas a ese país, lo que en términos monetarios supondría una reducción de 1.841 millones de euros anuales. No obstante, las mismas fuentes aclaran que la incertidumbre obliga a establecer unos márgenes más amplios del posible impacto final, que podría situarse en una reducción de entre el 7,2 % y el 13,1 % (1.307,3 millones menos y 2.375,3 millones menos, respectivamente). El impacto directo «sería limitado», teniendo en cuenta que las ventas totales a EE.UU. representaron en 2024 únicamente el 4,7 % del total, señala la Cámara, que reconoce que podría ser «relevante» en los sectores con una exposición mayor al mercado americano, como bienes de equipo, semimanufacturas y algunos productos agroalimentarios. Agroalimentario e industrial, sectores más afectados Los aranceles afectan «de manera desigual» a los distintos sectores, dependiendo del tipo de producto, el volumen exportado y la dependencia del mercado estadounidense, aunque «uno de los más golpeados» es el agroalimentario, según un informe elaborado por Impulsa Empresa, de Banco Santander. «Productos como el aceite de oliva, el vino, el jamón serrano y las aceitunas negras han sido incluidos en las medidas impuestas por la administración estadounidense», lo que «compromete seriamente su competitividad», detallan las mismas fuentes, que insisten en que son «pilares fundamentales de la balanza exportadora» de España. El sector industrial español también se enfrenta «a importantes desafíos» teniendo en cuenta que «maquinaria, componentes eléctricos y bienes de equipo han sido incluidas en las listas arancelarias». De hecho, empresas exportadoras de estas categorías -algunas de ellas integradas en clústeres industriales del País Vasco, Navarra o Cataluña- han visto cómo sus pedidos «han disminuido o se han paralizado ante la incertidumbre arancelaria», señala el informe de Santander. Respecto al sector energético, uno de los productos más afectados es el biodiésel refinado, por lo que «se complica su rentabilidad frente a la producción interna estadounidense, que cuenta con incentivos fiscales y medioambientales que refuerzan su competitividad». El sector químico también se ha visto condicionado por las nuevas restricciones, especialmente en el caso de productos como principios activos farmacéuticos, cosméticos de base vegetal y fertilizantes técnicos, que ya «están empezando a experimentar controles más estrictos, tanto a nivel arancelario como normativo».