Madrid, 27 sep (EFECOM).- Pfizer ha sacudido esta semana el mercado de los medicamentos contra la obesidad, un sector que espera facturar 150.000 millones de dólares en 2030 y en el que Novo Nordisk, Eli Lilly o Pfizer luchan por quedarse con la mayor porción posible de esa tarta, pese a las continuas reestructuraciones y las dudas bursátiles.
Los anuncios de compra de Metsera por Pfizer por unos 7.300 millones de dólares (unos 6.220 millones de euros) y de inversión de Eli Lilly para construir una planta manufacturera en Texas de 6.500 millones (unos 5.500 millones de euros) han sido los grandes movimientos más recientes en este mercado, aún con gran potencial.
Así lo asegura a EFE el consejero delegado de AIO Health Pro y profesor de EAE Business School, José Manuel Pascual, que señala que las ‘farmas’ están centradas en desarrollar nuevas moléculas con IA para llegar a 2030 «en la mejor posición de una carrera de 150.000 millones de dólares (127.750 millones de euros)».
Pascual subraya que la facturación total de la industria farmacéutica española es de unos 50.000 millones de dólares, mientras que los ingresos totales de la danesa Novo Nordisk, centrada principalmente en obesidad y en diabetes, casi rozó los 39.000 millones de euros en 2024.
La facturación de Eli Lilly fue de algo más de 45.000 millones de dólares, mientras que Pfizer ingresó más de 63.600 millones de dólares.
Pascual insiste en que, para 2030 habrá unos 3.000 millones de potenciales usuarios de estos productos, unas cifras «mareantes y brutales» que provocan que las grandes ‘farmas’ busquen ganar peso comprando compañías más pequeñas, como el caso de Metsera.
Caídas bursátiles, un oligopolio… y Trump
Todo ello ocurre en un contexto en el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado con aranceles a los fármacos e, incluso, ha exigido a las empresas del sector que bajen el precio de sus medicamentos.
Trump ofreció en julio un plazo de 60 días -hasta este próximo martes- a 17 farmacéuticas para garantizar los mejores precios a los nuevos medicamentos o afrontar, en caso contrario, «todas las herramientas» que su Administración movilizará en beneficio de las familias.
Entre esas compañías están Eli Lilly and Company, Pfizer y Novo Nordisk, además de Johnson & Johnson o AstraZeneca.
Pese a su posición dominante, Novo Nordisk ha anunciado este mes la reducción de sus previsiones de crecimiento anuales, que, no obstante, todavía crecen a doble dígito, y el recorte de 9.000 empleos.
En parte, esta decisión se puede deber a la reducción drástica de su valor en bolsa, pues ha perdido en un año un 55 %, un periodo en que Eli Lilly ha retrocedido un 20 %, en línea con el 18,5 % de Pfizer.
No obstante, Pascual resalta el crecimiento de Wegovy o de Ozempic, cuyas ventas crecieron un 57 % respecto a 2023.
Pese a ello, Pfizer, Novo Nordisk y Eli Lilly «tratan de acelerar los ensayos clínicos y el desarrollo de nuevas moléculas con inteligencia artificial», como la cagrisema, que combina la semaglutida (la hormona GLP-1 activa en Wegovy) y la cagrilintida.
Para Pascual, esta es «una partida de competencia brutal» en un sector multidisciplinar que también mira a la prevención cardiovascual, «un efecto colateral» de la obesidad que provoca riesgo de infartos o de enfermedades metabólicas más graves.
En cualquier caso, concluye que estos medicamentos continúan con gran potencial, ratificado por que la Organización Mundial de la Salud ya ha añadido al Ozempic, de Novo, o al Mounjaro, de Eli Lilly, en el listado de fármacos esenciales para la obesidad.
Carlos Rosique