Las nadadoras de Feuerman brillan en Roma: «Para ser escultora hay que estar un poco loca»

Una nadadora realista de Carole Feuerman. EPA/Zsolt Czegledi HUNGARY OUT[HUNGARY OUT]

Roma, 3 jul (EFE).- Las icónicas nadadoras hiperrealistas que han convertido a la estadounidense Carole A. Feuerman en una de las escultoras más reconocidas del mundo brillan en una muestra en Roma junto a algunos de los trabajos más desconocidos de la artista, como collages y pinturas, y una colección inédita de cuerpos tatuados.

«Para ser escultora, creo que tienes que estar un poco loca. Así que, por supuesto, nadie normal hace esto. Y estoy orgullosa de ser un poco diferente», dijo a EFE la veterana artista, que presentó este miércoles «La voz del cuerpo», un gran muestra antológica con más de 50 obras.

La exposición, que podrá visitarse a partir de mañana y hasta el próximo 21 de septiembre en el Palacio Bonaparte, en la céntrica Plaza Venecia de Roma, recorre sus cinco décadas de carrera, desde sus inicios en los años 70, y revela facetas poco conocidas de su universo creativo.

Mundialmente conocida por sus esculturas hiperrealistas de bañistas, nadadores, atletas, bailarinas y desnudos, su obra ha sido exhibida en museos de todo el mundo y forma parte del paisaje urbano de numerosas ciudades.

«El público espera ver mis nadadores porque en todo el mundo la gente dice: Carole Feuerman, superrealista, hace nadadores, pero lo que no saben es que yo dibujaba y pintaba», explica la artista a EFE.

Su obra destaca por el realismo de pieles mojadas, gotas de agua y detalles como telas y toallas, elaborados con materiales como resina, bronce, silicona, acero inoxidable y barniz.

Además de sus célebres nadadoras, la artista dedica una sala a una recopilación de cabezas, caras y pies que ha guardado de diversas obras durante sus 50 años de trabajo.

«Es una experiencia inmersiva. Podrías decir: esta era esta cara, esta era aquella. Verás todas las diferentes caras para tratar de emparejar a qué escultura corresponde. Es realmente especial», propuso Feuerman.

Uno de las propuestas más atractivas de «La voz del cuerpo» es la sala que alberga una serie de obras inéditas: cuerpos semidesnudos de espaldas, algo que no es nuevo en su obra, pero decorados con tatuajes.

La artista confiesa que «quería hacer algo diferente» y que la idea de hacer tatuajes en sus obra es algo que lleva pensando años, aunque «todavía quiere hacer los nadadores».

La estadounidense destacó su deseo «de llevar el arte a la gente» y de «dejar un legado»: «Cuando era más joven quería ser famosa, pero ahora que voy envejeciendo, y espero que siendo más sabia, quiero dejar un legado. Quiero hacer obras públicas», concluyó.

«Tengo muchas piezas que son propiedad de ciudades. Tal vez haga alguna obra pública en Roma, estamos trabajando en detalles», confirmó.

En 2024, su escultura «El clavadista», inspirada en el atleta estadounidense Greg Louganis, fue exhibida junto a la Torre Eiffel como símbolo del espíritu olímpico, invitada por el Comité de París 2024.

«Estoy feliz de tener éxito como mujer porque es un avance para otras mujeres», señaló, aunque reconoció que el mundo del arte es especialmente exigente con las mujeres porque «tener que verte bien, si tienes una entrevista, necesitas manicura, peinado… hay muchas cosas que los hombres no se darían cuenta».

«Cuando yo empecé no tuve apoyo ni de mi familia ni de mi esposo. Todos decían que no podía hacerlo, que lo hiciera en mi tiempo libre, así que me deshice del esposo. Ahora tengo uno que me apoya», confesó con una sonrisa.

Claudia Sacristán