Naciones Unidas, 18 sep (EFE).- Las niñas del mundo deberían ver a una mujer como secretaria general de la ONU, señala la nueva presidenta de la Asamblea General, la alemana Annalena Baerbock, ella misma hace parte del reducido grupo de las únicas cinco mujeres (de ochenta presidentes) que han encabezado el órgano, donde se sientan los 193 estados de la ONU.

En una entrevista con EFE, Baerbock se cuidó de afirmar que debe ser una mujer la sucesora de António Guterres a partir de 2026, para no interferir en el debate en curso, pero declara rotunda que «aun siendo diplomática, es extraño que en ochenta años no se haya podido encontrar a una mujer para secretaria general».

«Las niñas de todo el mundo podrían ver que también una mujer dirige la ONU como secretaria general, ya que no es solo un tema de representación, sino de los mismos valores de las Naciones Unidas», recuerda.
Para Baerbock, que antes de presidir la Asamblea General fue ministra de Exteriores alemana, si hay algo que une a los 193 países diversos de la ONU es que en cada uno de ellos la mitad de la sociedad son mujeres, así que «cabe preguntarse cómo puede ser que en ochenta años solo cinco de ochenta presidentes de la Asamblea fuimos mujeres y ninguna en la secretaría general».
La posible sustitución de Guterres por una mujer parece desinflarse toda vez que Latinoamérica -la región que según la regla no escrita debe presentar a un candidato a esa sucesión- no ha sido capaz de consensuar un nombre y se barajan varios sin suficientes apoyos.
Y aunque sea Baerbock quien este año abra los debates de la semana de alto nivel, es muy probable que una vez más se reproduzca un enorme desequilibrio de género en los nombres de quienes toman la palabra en representación de sus estados: de media, en los últimos años las mujeres han sido en torno al 10 % de los oradores.
De hecho, esta cifra está en regresión, y si en 2022 fueron 23 mujeres las que tomaron la palabra en el podio, bajaron a 20 en 2023 y a solo 19 el pasado año. EFE
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