Las primeras evidencias de momificación se remontan al Paleolítico en el sudeste asiático

Individuo joven de sexo masculino en posición hiperflexionada (izquierda) procedente del yacimiento de Liyupo, en Guangxi (China), de hace unos 7.000 años, con el cráneo parcialmente quemado (derecha). Crédito: Zhen Li and Hirofumi Matsumura/Imagen cedida por la PNAS

Redacción Ciencia, 15 sep (EFE).- Las primeras evidencias de momificación se remontan a hace más de 10.000 años entre las sociedades cazadoras-recolectoras preneolíticas del sur de China y el sudeste asiático, que ya usaban el humo para desecar y conservar a sus muertos.

Aquellos entierros del final del Pleistoceno y del Holoceno temprano a medio (entre 12.000 y 4000 años antes del presente) se caracterizan por posturas encogidas o en cuclillas, a veces con indicios de desmembramiento post mortem y, a menudo, con rastros de quemaduras, según un estudio que publica Pnas.

Estas prácticas funerarias contrastan con los entierros neolíticos posteriores, en los que los cadáveres se colocaban en posición supina extendida.

Un equipo encabezado por la Universidad Nacional de Australia analizó muestras óseas de enterramientos en 95 yacimientos preneolíticos desde el sur de China a Indonesia o Vietnam, para estudiar las prácticas funerarias de la época en la región.

 

Cuerpos desecados

Los resultados sugieren que muchos de los cuerpos fueron sometidos a un largo proceso de secado al humo sobre el fuego, normalmente «a intensidades relativamente bajas, antes del entierro», señala el artículo.

Una forma de momificación que se asemeja a las prácticas funerarias contemporáneas registradas etnográficamente en algunas sociedades indígenas de Australia y Nueva Guinea.

«Algunas de las muestras arqueológicas analizadas representan los casos más antiguos conocidos de este tipo de momificación artificial en el mundo» y estas prácticas en el sudeste asiático han persistido durante más de 10.000 años, escriben los investigadores.

En comparación con otras formas de momificación, este método basado en el humo «no debe considerarse menos avanzado» que otros, indica a EFE la primera autora del artículo, Hsiao-chun Hung, de la Universidad Nacional de Australia.

Los restos analizados por el equipo son solo óseos y la experta explica que «la diferencia clave» con otras técnicas radica en que los cuerpos no se sellaban en contenedores después del proceso,»por lo que su conservación solo duraba unos pocos cientos de años».

Con el paso del tiempo, «las momias ahumadas se colocaban respetuosamente en cuevas, bajo refugios rocosos o se enterraban en el suelo, por lo que hoy en día solo han perdurado sus restos óseos».

Los restos estudiados estaban, por lo general, en posturas muy compactas y la falta de desarticulación ósea, que suele asociarse a la descomposición en algunos entierros, «sugieren que los cuerpos fueron enterrados en estado desecado, en lugar de como cadáveres fresco», apunta el estudio.

Las pruebas de momificación «parecen indicar» que esta práctica comenzó antes que las tradiciones chilena y egipcia, en las regiones húmedas con lluvias monzónicas del este y sudeste asiático.

En esas condiciones climáticas, «la desecación natural no era posible, y presentamos pruebas que sugieren que, en su lugar, los cadáveres se ahumaban para curar y momificar la piel que rodeaba sus esqueletos», detalla el equipo en el texto.

Tres meses de cuidados

Los resultados señalan, explicó Hung «una interacción única entre técnica, tradición, cultura y creencias. Este estudio muestra que las personas del pasado no solo desarrollaron esta práctica, sino que también dedicaron mucho tiempo y energía a preservar los cuerpos de sus antepasados en forma visible».

Según los registros etnográficos, «la creación de una sola momia ahumada requería tres meses de cuidados continuos por parte de los familiares o miembros de la comunidad, un compromiso que solo podía mantenerse gracias a un profundo amor y devoción espiritual».

Para la investigadora, esto refleja “un impulso profundamente humano, evidente desde la antigüedad hasta el presente: la esperanza perdurable de que las familias y los seres queridos puedan permanecer ‘juntos’ para siempre», sea cual sea la forma que adopte.

«Sorprendentemente», esta práctica ha perdurado “a lo largo de un periodo de tiempo asombroso y en una vasta región, desde el Paleolítico tardío hasta la actualidad. El alcance y la persistencia de esta práctica son extraordinarios”, agregó.

Una conocida tradición temprana de momificación que implicaba la desecación se remonta a la cultura Chinchorro, a lo largo de la costa de Atacama (Chile), alrededor del 7.000 años antes de nuestra era, aunque aparentemente se abandonó alrededor del 3.700 de ese mismo periodo

En el caso de Egipto, los primeros intentos de momificación con embalsamamiento datan del Imperio Antiguo (hace aproximadamente 4.500 años), aunque en el valle del Nilo también se conservan entierros desecados predinásticos más antiguos.