Las redes sociales animan la demanda de los tradicionales trajes de chulapos deSan Isidro

El traje de chulapo vuelve a ganar presencia en las calles de Madrid durante las fiestas de San Isidro. EFE/ Nahia Peciña

Nahia Peciña

El traje de chulapo vuelve a ganar presencia en las calles de Madrid durante las fiestas de San Isidro. EFE/ Nahia Peciña

Madrid, 13 may (EFE).- El traje de chulapo vuelve a ganar presencia en las calles de Madrid durante las fiestas de San Isidro, aunque ya no es solo cosa de mayores ni de nostálgicos del costumbrismo castizo, ya que cada vez más jóvenes se animan a vestirse con pañuelo, clavel y mantón.

“Hace apenas unos años, la mayoría de nuestros clientes eran mayores, castizos de toda la vida. Pero ahora, desde que ‘influencers’ y redes sociales como TikTok o Instagram han empezado a mostrar los trajes, el público joven ha crecido muchísimo”, explica a EFE Salvador Carrasco, propietario y gerente de Vestuario París, un almacén de alquiler de disfraces, trajes de época y regionales.

Fundada hace 53 años, este comercio alberga más de 300 vestidos de chulapo y chulapa, y, aunque muchos siguen patrones similares, Carrasco subraya que “no hay ninguno igual”.

En Vestuario París, la variedad de diseños es tan amplia como los acentos de quienes los solicitan.

La clientela, cada vez más diversa, ya no se limita a madrileños de nacimiento, ahora hay quien viaja desde otras provincias y también quienes cruzan el océano con la ilusión de vivir las fiestas de San Isidro con el traje castizo puesto.

Carrasco asegura que cada año recibe correos de personas que organizan su visita a Madrid con meses de antelación solo para poder lucir un vestido tradicional.

“Me escriben a veces de Argentina o de México por mail personas que van a venir justamente para la fiesta para ver si se les puede guardar algún traje”, explica el gerente.

En este sentido, muchos de ellos optan por el alquiler, el cual puede oscilar en esta tienda entre los 50 y 70 euros, una opción práctica y asequible que incluye pañuelo, mantón y claveles, y que puede variar según el modelo o los detalles del traje, como los bordados, más elaborados y con sobrecoste.

Desiré, una joven madrileña que este año se vestirá por primera vez de chulapa, relata que siempre se ha sentido atraída por lo cultural, pero reconoce que durante años apenas conocía a gente de su edad que se animara a vestir el traje.

En los últimos tiempos, sin embargo, ha visto a amigos hacerlo y eso la ha empujado a dar el paso.“Siempre me ha dado mucha pena que en Madrid se perdiese un poco el hecho de vestirse y si queremos que se vuelva a popularizar, ese cambio tiene que ser también con nosotros, los jóvenes”, ha explicado Desiré.

Por ello, aprovechando la ocasión, ha convencido a su amiga Mengli, originaria de Turkmenistán y afincada en Madrid desde hace tres años, para alquilar juntas los trajes y sumarse a las celebraciones.

El traje de chulapa, que forma parte de la indumentaria tradicional madrileña junto al traje de goyesca y el castellano antiguo, se ha mantenido prácticamente inalterado durante décadas.

Y, aunque algunos sectores plantean la posibilidad de modernizarlo, como ocurre con el traje de flamenca, Carrasco defiende que “se puede mejorar”, ya que, a su juicio, hay margen para innovar sin salirse de la estética tradicional.

En cuanto al futuro del traje de chulapo, el dueño de la tienda se muestra convencido de que la tradición no desaparecerá, ya que “cuando se habla de fiesta, la gente se apunta”, asegura, convencido de que el espíritu castizo seguirá latiendo por muchos más años.