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Las redes, un «supermercado» de la prostitución en la era de la explotación sexual digital

La reina Letizia (c), acompañada por la ministra de Igualdad, Ana Redondo (5i) y el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín Aguirre (4i), entre otros, asiste al III Congreso Internacional sobre Trata de Seres Humanos, que aborda los vínculos entre prostitución, pornografía y trata, este jueves en Madrid. EFE/ Daniel González

Madrid, 11 sep (EFE).- La era digital ha tenido un impacto determinante en la explotación sexual: las redes sociales son «un supermercado» de prostitución en el que se capta y oferta a niñas y mujeres, y el porno se ha convertido en la «cocaína de internet», que busca y encuentra hasta a los menores que no quieren consumirlo.

La reina Letizia (2i) asiste al III Congreso Internacional sobre Trata de Seres Humanos, que aborda los vínculos entre prostitución, pornografía y trata, este jueves en Madrid. EFE/ Daniel González

Esta es una de las principales ideas expuestas este jueves por diferentes expertas en III Congreso Internacional sobre Trata de seres Humanos, organizado por Betania en Madrid y al que han asistido la reina Letizia y la ministra de Igualdad, Ana Redondo.

La reina Letizia (i) charla con la actriz María Adanez (c) durante el III Congreso Internacional sobre Trata de Seres Humanos, que aborda los vínculos entre prostitución, pornografía y trata, este jueves en Madrid. EFE/ Daniel González

La íntima relación entre pornografía y prostitución en la era digital ha estado presente en numerosos debates a lo largo de la jornada.

El sexólogo y doctor en Psicología José Luis García ha explicado que el porno «es una representación muy clara de la explotación sexual y de la violencia sexual», porque muchos guiones pornográficos muestran tramas en las que los hombres obtienen sexo por dinero o prebendas y las web pornográficas tienen multitud de anuncios de prostitución.

«Llega un momento en que al consumidor abusivo de pornografía ya no le excita cierto tipo de contenido y va a necesitar más, más tiempo y contenidos cada vez más fuertes. A la hora de la práctica, no le va a decir a su compañera lo que a él le gusta, sino que va a requerir una mujer prostituida que por 30 euros le va a hacer lo que quiera», ha señalado.

García ha sostenido que el 95 % de los jóvenes españoles consume porno, que antes de los 20 años habrán visto entre 1.000 y 5.000 horas de estos vídeos, que el 90 % del porno es «violencia sexual real» y que estos contenidos trasladan el mensaje de que «la violencia es erótica» y constituyen el «manual de instrucciones» para las primeras relaciones sexuales.

«Genera una conducta adictiva extraordinaria; yo hablo de la cocaína de internet porque tiene un poder extraordinario», ha dicho, para precisar que el porno busca a los jóvenes y no hay forma de eludirlo porque esta industria está presente en redes sociales e incluso videojuegos.

El experto ha denunciado que las redes sociales son supermercados de prostitución y porno. En Instagram, ha dicho, chicas y adolescentes aprenden que enseñando un poco el pecho o el culo tienen seguidores y ‘likes’, son reconocidas: «Si una niña se engancha a eso, el siguiente paso es OnlyFans, que es una plataforma terrible donde haciendo un poquito más ganas dinero».

«Hay un gran riesgo de pasar de las redes sociales a la prostitución. Necesitan carne fresca, y las redes sociales en este momento son un campo donde se echan anzuelos para captar a chicas. Lo fácil es entrar y ganar dinero; lo difícil es salir», ha advertido.

En este sentido, la profesora de Filosofía de la Universidad Rey Juan Carlos Ana de Miguel ha criticado que las redes envían a las chicas el mensaje de que su cuerpo es su mercancía, las animan a que vivan de él y lo pongan a «rular en el mercado», a través de plataformas como OnlyFans.

La profesora de Sociología de la Universidad de La Coruña Rosa Cobo ha aseverado que la prostitución ha experimentado transformaciones profundas desde 2008 por las nuevas tecnologías, que han abierto nuevas vías de captación de mujeres y deslocalizado este «negocio criminal».

«En muy poco tiempo, los puteros exigen a mujeres y en 10 minutos las tienen en su casa o en el hotel, lo cual dificulta enormemente la persecución del proxenetismo y de los puteros. Es imposible hacer una ley abolicionista que tenga éxito que no tenga en cuenta el fenómeno digital», ha advertido.