París, 1 may (EFE).- La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, condenada a una pena de inhabilitación que le podría impedir presentarse a las elecciones presidenciales de 2027, pidió este jueves a sus simpatizantes que se utilicen las municipales del año próximo como trampolín para llegar al poder.

“En las legislativas de 2024, os robaron la victoria. Ahora os quieren robar la de 2027, pero no lo conseguirán”, señaló Le Pen en un discurso en Narbona (sureste) ante varios miles de personas, 8.000 según su partido, -la Agrupación Nacional (RN)-, con motivo del Primero de Mayo.
Se refería así al hecho de que en los comicios del pasado año el RN quedó lejos de una mayoría parlamentaria que le hubiera permitido formar gobierno, aunque fue la opción más votada, por la estrategia electoral de las otras formaciones, y también a su inhabilitación para ejercer cargos públicos por malversación de fondos del Parlamento Europeo.
Le Pen lanzó un mensaje directo a sus simpatizantes -“os necesito y os necesito ahora”- para preparar las elecciones municipales de 2026 como un primer paso para acceder al poder.
Aludiendo directamente a su situación judicial, en espera de un juicio en apelación con una decisión en el verano de 2026 que le pudiera retirar esa inhabilitación, dio a entender que tienen que prepararse para un escenario en que no obtuviera lo que pide.
“Si el sistema intenta impedir que me presente, no podrá impedir que miles de franceses actúen y asuman sus responsabilidades”, afirmó antes de enfatizar: “Vamos a hacer lo que no habían previsto: no esperar, sino actuar”.
Su intención es “constituir un movimiento de cargos electos” y eso “municipio por municipio”, porque a su parecer desde los gobiernos municipales se pueden empezar a aplicar las políticas que propugna la RN.
“Las escuelas, el respeto de nuestros paisajes, de nuestro patrimonio, el respeto de los franceses y de su dinero, la lucha contra el comunitarismo pasa también por vuestras ciudades y por vuestros pueblos”, sostuvo.
La líder de la extrema derecha dijo que Francia “merece algo mejor que esta lenta caída en el infierno” y esta “expoliación patrimonial de los que vendrán”, que atribuye a los gobiernos sucesivos que ha tenido el país en las últimas décadas.
Siguiendo su línea clásica, Le Pen cargó contra la “inmigración masiva”, a la que acusó de “hacer tambalear nuestro sistema de protección social” y de trastocar el mercado laboral.
También descalificó “la federalización europea” y “el hundimiento asumido de nuestro potencial industrial”, y a ese respecto lamentó que “nuestra patria se ha convertido en un desierto productivo”.
Hizo hincapié en la pérdida de empleos industriales, sustituidos por “empleos en los servicios de poco valor añadido” y con menor protección social, que se traduce en “minisalarios” y luego “minipensiones”.
Aseguró que “esa pérdida industrial es un desastre ecológico” porque la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero de los franceses tienen que ver con las importaciones: “Hacemos venir del otro extremo del mundo productos que nos hemos hecho incapaces de producir”.