(Actualiza con declaraciones de ministra en funciones sobre suspensión de reforma de pensiones)

Luis Miguel Pascual

París, 7 oct (EFE).- El primer ministro francés en funciones, Sébastien Lecornu, confirmó este martes la dificultad de la tarea que le ha encomendado el presidente, Emmanuel Macron, la de explorar las opciones de encontrar consensos en el dividido panorama político francés.
A un día de que se agote el plazo que recibió del Elíseo, que toca fin en la tarde del miércoles, Lecornu comenzó a recibir a líderes políticos, pero también se enfrentó a los primeros vetos, en medio de las especulaciones sobre el futuro del país.
En paralelo a las consultas de Lecornu, Macron se reunió en el Elíseo con los presidentes de la Asamblea Nacional, la macronista Yaël Braun-Pivet, y del Senado, el conservador Gérard Larcher, lo que hizo saltar las alarmas sobre un posible adelanto de las legislativas, que algunos medios, como Le Canard Enchainé, ponen incluso fecha, el 16 y 23 de noviembre.
La convocatoria electoral aparece como la salida más lógica si Lecornu no consigue armar un consenso, algo que ahora parece complicado.
Ni siquiera fue capaz de sentar en la misma mesa a los partidos que forman parte del actual Ejecutivo y descubrió que la extrema derecha no acudirá a su llamamiento.
La única ventana que se abre ante él es la de buscar un Gobierno de orientación de izquierdas que encontrara pactos con los partidos centristas, en una ajustada aritmética parlamentaria para sacar adelante los presupuestos para 2026.
En ese sentido, la ministra de Educación en funciones, Élisabeth Borne, hizo un gesto hacia las fuerzas progresistas al abrirse a la suspensión de la polémica reforma de las pensiones de 2023, que ella misma aprobó como primera ministra sin votación parlamentaria y que retrasa la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años.
«Si esa es la condición para la estabilidad del país, debemos de examinar las modalidades y las consecuencias concretas de una suspensión» hasta 2027, cuando están previstas las elecciones presidenciales, manifestó en una entrevista en ‘Le Parisien’ Borne, en un guiño al Partido Socialista (PS).
Sin embargo, la ecuación que juntaría a izquierda moderada y centristas es compleja y tendrá que concretarse este miércoles, cuando Lecornu tiene cita con el PS, y también con los comunistas y los ecologistas, antes de entregar al presidente las conclusiones de sus trabajos.
Lecornu abrió fuego con una reunión con los componentes de la alianza macronista, entre los que comprobó el desapego que concierta el presidente, convertido en un paria político.
Dos ex primeros ministros de Macron llegaron con duras críticas al presidente. Edouard Philippe, que dirigió su primer Ejecutivo entre 2017 y 2020, culpó al inquilino del Elíseo de «la crisis política que provoca consternación» en los franceses y pidió una dimisión en diferido.
Su original propuesta consistiría en nombrar un Gobierno de transición para aprobar los presupuestos de 2026, que para él es la prioridad, e inmediatamente presentar su renuncia. «Una salida honrosa», dijo.
Gabriel Attal, que dirigió el Ejecutivo durante siete meses en 2024 y que desde entonces encabeza el partido macronista Renacimiento, ya venía tomando distancias con el presidente, pero la grieta ha ido en ascenso.
«No entiendo las decisiones que está tomando», dijo este martes poco después de que Macron optara por prorrogar a Lecornu en el puesto.
Además de los presidentes de la Asamblea Nacional y el Senado, participó en el encuentro el presidente del partido centrista MoDem del ex primer ministro François Bayrou, una alianza que apenas totaliza 166 de los 577 diputados de la cámara.
Con ellos acordó Lecornu centrar las negociaciones en el presupuesto de 2026 y en el futuro de Nueva Caledonia, cuyo estatus dentro de Francia tiene que encontrar acomodo en la Constitución.
A la reunión no acudió la centrista UDI, cuyos responsables han decidido alejarse también del macronismo.
Una distancia que también quiso demostrar el partido de derecha conservadora Los Republicanos, cuyo presidente, Bruno Retailleau, precipitó la caída del Ejecutivo en el que acababa de ser mantenido como ministro del Interior.
Retailleau, además, ha visto como en el seno de su partido avanza la disidencia que encabeza el líder del grupo parlamentario en la Asamblea Nacional, Laurent Wauquiez, quien también pidió audiencia por separado con Lecornu.
El segundo reprocha al primero haber dañado la imagen del partido con su decisión de ingresar en el Ejecutivo.