León XIV pide «destruir las estructuras de injusticia» y pobreza en su primera exhortación

-El papa León XIV firma la exhortación apostólica 'Dilexi te' en presencia de monseñor Edgar Peña Parra EFE/ Sala Stampa Della Santa Sede SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

Ciudad del Vaticano, 9 oct (EFE).- El papa León XIV ha asegurado que «las estructuras de injusticia» que perpetúan la pobreza deben ser «destruidas» con políticas que transformen la sociedad, según figura en su primera exhortación apostólica, ‘Dilexi te’, publicada este jueves.

«Las estructuras de injusticia deben ser reconocidas y destruidas con la fuerza del bien, a través de un cambio de mentalidad, pero también con la ayuda de las ciencias y la técnica, mediante el desarrollo de políticas eficaces en la transformación de la sociedad», sostiene en este primer documento de su magisterio.

El papa estadounidense, con nacionalidad peruana, ha publicado la exhortación ‘Dilexi te’ (Te he amado), una defensa de la atención hacia los pobres en línea con su antecesor, Francisco, que había empezado a preparar este texto antes de morir el pasado abril.

El documento empieza subrayando que «el compromiso en favor de los pobres y con el fin de remover las causas sociales y estructurales de la pobreza, aun siendo importante en los últimos decenios, sigue siendo insuficiente» en todo el mundo.

Esto, alega, se debe también a un tipo de sociedad que «privilegia algunos criterios de orientación de la existencia y de la política marcados por numerosas desigualdades».

«La ilusión de una felicidad que deriva de una vida acomodada mueve a muchas personas a tener una visión de la existencia basada en la acumulación de la riqueza y del éxito social a toda costa, que se ha de conseguir también en detrimento de los demás y beneficiándose de ideales sociales y sistemas políticos y económicos injustos, que favorecen a los más fuertes», denuncia.

Por eso, considera «paradójico» un mundo donde los pobres son cada vez más numerosos mientras «vemos crecer algunas élites de ricos que viven en una burbuja muy confortable y lujosa».

«Eso significa que todavía persiste —a veces bien enmascarada— una cultura que descarta a los demás sin advertirlo siquiera y tolera con indiferencia que millones de personas mueran de hambre o sobrevivan en condiciones indignas del ser humano», asevera.

León XIV, durante muchos años de su vida misionero en Perú, apunta que «los pobres no están por casualidad» y cita la encíclica ‘Fratelli tutti’ (2020) de Francisco para denunciar las reglas económicas que resultaron «eficaces para el crecimiento pero no así para el desarrollo humano integral» de las personas.

«Obviamente entre los pobres hay también quien no quiere trabajar, quizás porque sus antepasados, que han trabajado toda la vida, han muerto pobres. Pero hay muchos —hombres y mujeres— que de todas maneras trabajan desde la mañana hasta la noche, a veces recogiendo cartones(…), aunque este esfuerzo sólo les sirva para sobrevivir», sostiene.

Por otro lado, defiende la defensa de los más pobres como centro de la Doctrina Social de la Iglesia, especialmente desde el Concilio Vaticano II (1962-1965) y consolidada en el papado de Juan Pablo II y enseñanzas sucesivas como las de Bergoglio.

Una preocupación que ha ido al paso de los últimos siglos de cambios sociales, alumbrando una «nueva conciencia» sobre los marginados.

«La aceleración de las transformaciones tecnológicas y sociales de los últimos dos siglos, llena de trágicas contradicciones, no sólo ha sido sufrida, sino también afrontada y pensada por los pobres. Los movimientos de trabajadores, de mujeres y de jóvenes, así como la lucha contra la discriminación racial, han dado lugar a una nueva conciencia de la dignidad de los marginados», reconoce.

León XIV también incluye en esta exhortación conceptos capitales de Francisco, como la «cultura del descarte», y cree «preciso seguir denunciando» la «dictadura de una economía que mata», retomando este término del documento ‘Evangelii Gaudium’ (2013) del argentino.

El texto critica que «no faltan teorías que intentan justificar» la pobreza para reclamar que, en cualquier caso, «la dignidad de cada persona humana debe ser respetada ahora, no mañana».

«Es una auténtica alienación aquella que lleva sólo a encontrar excusas teóricas y no a tratar de resolver hoy los problemas concretos de los que sufren», zanja.