Bilbao, 17 jun (EFE).- La Guardia Civil ha liberado a nueve mujeres víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual en Barakaldo (Bizkaia) y Castro Urdiales (Cantabria), donde vivían hacinadas y vigiladas en pisos y eran obligadas a prostituirse las 24 horas del día por un matrimonio y su hijo.
Según ha informado este martes el Ministerio del Interior, la operación, llevada a cabo por la Guardia Civil de Bizkaia bajo la denominación Bildalketa, se ha saldado también con siete personas detenidas y otras tres investigadas por los delitos de trata de seres humanos, contra la salud pública y por pertenencia a grupo criminal.
Las mujeres, liberadas en una actuación llevada a cabo en mayo pasado, vivían en pisos en condiciones de insalubridad, hacinadas en una habitación con literas. Permanecían vigiladas por cámaras de seguridad tanto en las zonas comunes como en sus habitaciones.
La Guardia Civil inició sus investigaciones en torno a este caso en 2024 tras ser alertada por una ONG de la posible existencia de víctimas de trata en Bizkaia.
En el marco de la investigación, los agentes averiguaron que una mujer, que había sido introducida a través de Grecia hasta España, donde pasó por varios pisos en Bizkaia, Cantabria y Almería, había sido explotada sexualmente en una vivienda de Barakaldo por la presunta responsable del grupo criminal y su marido.
Los agentes comprobaron que este matrimonio y su hijo, que vivían en Castro Urdiales, formaban parte de ese grupo criminal asumiendo distintos roles. El hijo se encargaba del transporte de las mujeres entre dos pisos en Barakaldo y del cobro de los beneficios.
Además, había siete mujeres que hacían turnos de 12 horas para mantener vigiladas a las víctimas de trata, que eran explotadas durante todo el día.
Como consecuencia de las indagaciones, la Guardia Civil efectuó en mayo pasado tres entradas y registros en Bizkaia y Cantabria y liberó a las nueve mujeres citadas, cinco de ellas de Colombia y las otras cuatro de Bolivia, Venezuela, Paraguay y España.
Los agentes intervinieron en los registros más de 20.000 euros en efectivo, siete teléfonos móviles, un ordenador portátil y dosis de cocaína para los clientes.
Los detenidos están acusados de los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, prostitución coactiva, contra la salud pública por tráfico de drogas, blanqueo de capitales y pertenencia a grupo criminal.