La Habana, 2 sep (EFE).- La líder del movimiento disidente cubano Damas de Blanco, Berta Soler, dijo a EFE en La Habana que se siente «muy honrada y agradecida» por el Premio Solidaridad Lech Walesa, otorgado este martes por el Ministerio de Exteriores de Polonia.
Soler expresó su agradecimiento al ministro polaco de Exteriores, Radoslaw Sikorski, por este reconocimiento, para el que «no sabía que estaba nominada» y fue «una sorpresa» conocer que le había sido concedido.
El galardón, dotado de 1 millón de zlotis polacos (unos 273.400 dólares) y una estatuilla, se otorga para «apoyar las acciones de aquellos que, al luchar por la solidaridad y la democracia, cambian el curso de la historia», explicó Sikorski.
Para Soler es «el resultado de 22 años de lucha en Cuba por la libertad de todos los presos políticos injustamente encarcelados y por todos los derechos de los cubanos» con las Damas de Blanco.
«Este premio (a título personal) lo voy a compartir. Va a ser destinado a reforzar los fondos para la atención de los presos políticos, pero también será compartido con las Damas de Blanco y mis familiares», refirió Soler tras conocer que había recibido el galardón durante una ceremonia en Miami (EE.UU.) en la que no estuvo presente, pero al que envió un mensaje en video.
«No tuve la posibilidad de estar en la entrega del premio puesto que el régimen (cubano) me impone una salida sin regreso del país y no acepto esa condición», explicó la disidente.
El premio fue recogido por una representante de la Fundación Nacional Cubanoamericana (FNCA), organización del exilio cubano con sede en la ciudad estadounidense, en la que Soler dijo depositar «toda» su «confianza».
Los galardonados anteriores con el Premio Solidaridad Lech Walesa, establecido en 2014, fueron el líder tártaro de Crimea Mustafa Dzhemilev, la activista rusa Zhanna Nemtsova y el líder opositor bielorruso Pavel Latushka.
En los últimos años Soler ha denunciado múltiples arrestos temporales a ella y a miembros de la organización que lidera, mayoritariamente los domingos, cuando se disponen a acudir a misa y la Policía les impide llegar a las iglesias.
El movimiento Damas de Blanco surgió por iniciativa de un grupo de mujeres, todas ellas familiares de los 75 disidentes y periodistas independientes detenidos y sancionados en marzo de 2003 a elevadas condenas de cárcel durante el periodo de represión conocido como la Primavera Negra.
A partir de entonces, las esposas, madres y otras familiares de aquellos presos se identificaron por ir siempre vestidas de blanco y, tras asistir a misa en un templo católico, comenzaron a realizar marchas dominicales para pedir su liberación y se convirtieron en un símbolo de disidencia.
En 2005, las Damas de Blanco recibieron el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo.