Paloma Almoguera
Bangkok, 27 mar (EFE).- El presidente brasileño Lula Inácio Lula da Silva arranca este jueves un periodo de visitas de líderes mundiales a Vietnam, entre ellos el español Pedro Sánchez, cuando tanto el país asiático como sus invitados buscan alternativas en plena guerra comercial.
Lula, que viaja desde Japón, estará en Vietnam hasta el sábado, y le seguirán en abril el presidente español, y en principio más adelante y sin fecha aún confirmada, su par francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lo que denota el interés en una de las economías más dinámicas de Asia, con una meta de crecimiento del 8 % para 2025.
La política arancelaria del presidente de EE.UU., Donald Trump, que acaba de imponer aranceles del 25% a los automóviles importados por EE.UU. y quien revelará tarifas recíprocas para aquellos que gravan a Washington el 2 de abril, ha impulsado los viajes, coinciden varios expertos.
“El inminente anuncio de una nueva ola de tarifas ha llevado a Brasil, España, la UE y Francia a enviar a sus líderes a Vietnam para aumentar el comercio y las inversiones y mitigar el impacto de los aranceles de Trump”, dice a EFE Carlyle Thayer, experto en Vietnam y profesor emérito de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia).
Vietnam cuenta con varios atractivos para inversores extranjeros. Con un Gobierno relativamente estable, liderado desde hace décadas por el Partido Comunista, tiene mano de obra barata y es vecino de China, lo que permite acceso rápido al gigante y lo ha convertido en alternativa a la potencia en la cadena de suministro global.
Consolidado como centro de fabricación regional de semiconductores, el país, rico en minerales, fue uno de los beneficiados de la guerra comercial entre Washington y Pekín durante el primer mandato de Trump (2017-2021), debido en parte al traslado de fábricas chinas a Vietnam para evitar ese inicial envite.
Vietnam, a favor de diversificar
No obstante, la deslocalización china puede contribuir a que Vietnam salga peor parado de esta nueva ronda de tarifas.
Las fábricas chinas han contribuido a aumentar el superávit comercial de Vietnam con EE.UU., que el pasado año llegó a la cifra récord de 123.500 millones de dólares anuales, lo que sitúa al país en la diana de Trump.
“Saben que esto puede pasar y están buscando alternativas”, dice a EFE Alicia García Herrero, directora jefe de Economía para Asia-Pacífico de Natixis, apuntando que es ahí donde entran en juego la visitas de Lula y los europeos.
Junto a una delegación que incluye a los principales ejecutivos de Embraer, tercer mayor fabricante de aviones del mundo, y de JBS, mayor cárnica global, Lula buscará vender más aeronaves y carnes al país asiático, además de ampliar las de etanol, compuesto del que Brasil es el segundo mayor productor mundial.
En un guiño a EE.UU. con beneficios para todos, Vietnam propuso esta semana reducciones de los aranceles a las importaciones de etanol (del 10 % al 5 %), ciertos vehículos (del 64 % al 32 %) y productos agrícolas, entre otros.
Vietnam, que enarbola la bandera de la neutralidad bajo la llamada “diplomacia del bambú”, por su capacidad para bandearse entre potencias, busca diversificar sus intercambios y disminuir su peso como punto de transbordo de las ventas chinas a terceros, en un delicado ejercicio para no alejarse de Pekín ni enojar a Washington.
En ese sentido, forma parte de importantes tratados de libre comercio, como el Acuerdo Comprensivo y Progresivo Transpacífico de Cooperación Económica (CPTPP), firmado en 2018 por 11 países (después se adhirió Reino Unido) y que contaba con EE.UU. hasta que Trump sacó al país durante su primer mandato.
También de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), el mayor tratado de libre comercio del mundo, con 15 países firmantes de Asia-Pacífico, incluida China, y tiene un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE) desde 2019.
“Las relaciones económicas entre España y Vietnam se sitúan bajo el paraguas del acuerdo de libre comercio con Europa. Se espera que Sánchez también explore nuevas oportunidades comerciales y de negocio en energías renovables e infraestructura”, anticipa Thayer. EFE
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