Lin King, ganadora del National Book Award: «Vimos el premio como un triunfo para Taiwán»

Lin King durante la entrevista concedida a la Agencia EFE en Taipei. EFE/Javier Castro Bugarín

Taipéi, 19 sep (EFE).- Lin King todavía no puede recordar la última gala del National Book Award sin ruborizarse. Aquella noche, en un exclusivo restaurante de Nueva York, ella y Yang Shuang-zi acapararon todas las miradas tras imponerse en la categoría de mejor literatura traducida. Ninguna de las dos imaginaba que fuera posible.

«Estaba muy enfocada en conseguir autógrafos de escritores famosos y ni siquiera pensé que pudiéramos llegar al escenario», confiesa King (1993), traductora al inglés de ‘Taiwan Travelogue’, la novela premiada. «Leí otros trabajos y sentí que no había forma alguna en que pudiéramos ganar».

Casi un año después de recibir uno de los mayores galardones literarios de Estados Unidos, King dialoga con EFE sobre una obra ambientada en la ocupación japonesa de Taiwán de los años 30 del siglo pasado y concebida, en muchos sentidos, como una carta de amor a la isla: a su gastronomía, su historia y su particular idiosincrasia.

«El libro está dedicado a Taiwán y tanto Yang Shuang-zi -la escritora original- como yo pensamos que el premio también lo estaba, especialmente en este tiempo de tensión geopolítica en el que estamos (…). Fue una gran sorpresa para nosotras y lo vimos como un triunfo para Taiwán», asegura la intérprete.

Metaficción de varias capas

Lin King durante la entrevista concedida a la Agencia EFE en Taipei. EFE/Javier Castro Bugarín

Publicado en mandarín en 2020, ‘Taiwan Travelogue’ es un trabajo de metaficción único en su especie. La obra se presenta como la traducción de una supuesta novela japonesa escrita por su protagonista ficticia, Aoyama Chizuko, y está salpicada por varios epílogos y abundantes notas al pie de página, algunas auténticas, otras falsas.

«Cuando lo leí, pensé que sería especialmente interesante para un traductor, porque gran parte del libro es sobre las dinámicas de poder del lenguaje», apunta King, quien se tomó la licencia de incorporar sus propias notas en la traducción al inglés, dotando a la novela de aún más capas de profundidad.

La narración sigue a Aoyama Chizuko y a su intérprete taiwanesa, Ō Chizuru, durante un viaje en tren por la isla en 1938. Mientras se deleitan con la gastronomía local, ambas van construyendo una relación confusa y ambigua, marcada por la experiencia colonial y las rígidas estructuras sociales de la época.

De hecho, Yang deja crecer la tensión entre ellas sin revelar en ningún momento cuáles son sus verdaderos sentimientos, lo que sitúa a ‘Taiwan Travelogue’ en un terreno intermedio entre el género japonés ‘yuri’ y el taiwanés ‘baihe’, categorías que, reconoce King, resultan difíciles de trasladar al inglés.

«La definición japonesa de ‘yuri’ es mucho más sexual o románticamente explícita que en Taiwán, y en inglés no tenemos ninguno de estos conceptos (…). Simplemente quise permitir al lector estadounidense ver cómo se desarrolla esta relación y que juzgue por sí mismo si es romántica o no, ‘queer’ o no, recíproca o no», señala.

Mezcla de culturas e identidad única

La colección de comidas, topónimos y personajes que aparecen en la obra también sirve como metáfora para entender la naturaleza misma de Taiwán: una isla que ha hecho de la mezcla de culturas una identidad en sí misma y que, en palabras de King, «no pertenece más que a la gente» que vive en ella.

«Es muy difícil decir que Taiwán es parte de una única cultura, cuando ves la combinación de culturas, gentes y lenguas que han existido y continúan existiendo aquí», subraya la intérprete, quien decidió no traducir a más autores chinos a raíz de la invasión rusa de Ucrania, precisamente para ayudar a preservar el acervo cultural taiwanés.

«Hay un vacío en la lengua ucraniana para muchas personas jóvenes, porque aprendieron ruso cuando eran pequeños, y ese mismo caso aplica para Taiwán en muchos sentidos. Hasta hace pocos años no se había sistematizado un método de enseñanza del hakka, del hokkien y de las lenguas indígenas», constata.

Tras el éxito de ‘Taiwan Travelogue’, que podrá leerse hasta en doce lenguas distintas en los próximos años, King confía en que los mercados internacionales se abran a un número cada vez mayor de escritores taiwaneses, a menudo eclipsados por sus homólogos chinos.

«Somos la única entidad de publicación en mandarín que está produciendo trabajos completamente sin censura, y creo que los autores taiwaneses están en camino de explorar de qué se puede hablar en este idioma», comenta King, emocionada por la oportunidad de trabajar con más escritores de la isla tras conseguir el National Book Award.

«Por este premio o por este libro, estoy llegando a un montón de autores que realmente respeto y son muy diferentes en contenido y estilo a Shuang-zi, y la diversidad es fantástica. Mi objetivo siempre será traducir una variedad de voces taiwanesas y no enfocarme en un solo tipo de voz», sentencia.

Javier Castro Bugarín