San Salvador, 9 sep (EFE).- Los restos del sacerdote hispano-salvadoreño José María Tojeira llegaron a El Salvador donde recibirá este martes las honras fúnebres y será sepultado en el mismo sitio en el que se encuentran las tumbas de los jesuitas asesinados en el contexto de la guerra civil salvadoreña en 1989 por un comando del Ejército.

El padre Chema, como era popularmente conocido, falleció el viernes en la Ciudad de Guatemala y sus restos fueron trasladados a la parroquia El Carmen, en la ciudad de Santa Tecla -cercana a la capital salvadoreña-, y permanecerán en este templo el martes y miércoles.

Diversos feligreses de esta iglesia, de la que Tojeira fue párroco, se presentaron para despedirse entre la tristeza y consternación por su fallecimiento.
Para el padre jesuita Leopoldo Galdámez la muerte de Tojeira fue «una sorpresa», «no lo esperábamos» porque «el padre estaba muy sano, estaba muy bien, haciendo su trabajo excelente y obviamente en este contexto es una pérdida enorme», dijo en declaraciones a EFE.
«Realmente ha sido un golpe muy fuerte para toda la comunidad. Ha sido algo inesperado, triste, doloroso (…) el padre Chema vivió su vida aquí con plenitud, sirvió al Señor, a la Iglesia. Sirvió a la sociedad y ahora sabemos que está recibiendo el premio en la plenitud de la vida», comentó.
El religioso aseguró que el padre Tojeira deja «un legado muy grade», «iluminando desde la fe la realidad del país, los conflictos, los problemas, las diversas situaciones que el país iba viviendo, iluminando desde la fe aquellas cosas que él consideraba que podrían hacerse mejor, cambiarse».
«El padre siempre estuvo muy interesado en la vida nacional dando su aporte, siempre desde el evangelio, tratando de hacerlo como cristiano y como jesuita, aportando a la comunidad, a la sociedad para que nuestro país sea un país mejor», añadió.
La noche del miércoles, el féretro será trasladado al Polideportivo de la Jesuita Universidad Centroamericana (UCA) para que la tarde del jueves se realice la misa exequial y sus restos sean sepultados en la capilla Jesucristo Liberador.
En esta capilla se encuentran las tumbas de sus compañeros asesinados y de cuyo crimen el padre Tojeira fue figura clave en los reclamos de justicia e impulsor de la causa penal contra altos mandos del Ejército de El Salvador.
El sacerdote jesuita, naturalizado salvadoreño, dejó en su paso por Centroamérica un legado de lucha por las causas sociales, la búsqueda de justicia por la masacre de seis jesuitas y dos mujeres a manos del Ejército salvadoreño en 1989, así como firmes críticas a los atropellos cometidos por distintos gobiernos centroamericanos.
Nacido en Vigo (Galicia, noroeste de España) en 1947 y licenciado en Teología y Filosofía en la Universidad de Comillas, Tojeira llegó a Centroamérica en 1969 para trabajar en Honduras. En 1985 fue enviado a El Salvador, en plena guerra civil (1980-1992), y en 1988 fue nombrado provincial de los jesuitas en la región.
El 16 de noviembre de 1989 un comando del Ejército salvadoreño masacró en el campus de la Universidad Centroamericana a cinco jesuitas españoles y uno salvadoreño, a su colaboradora Elba y a la hija de ella, Celina, ambas salvadoreñas.
Tojeira vivía -en aquel momento- cerca de la universidad y fue de los primeros en llegar al lugar y hablar con los testigos del crimen.