Los activistas de la flotilla denuncian vejaciones y malos tratos en la cárcel israelí

La líder de Podemos, Ione Belarra (c), en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, donde el primer grupo de 21 activistas españoles de la Global Sumud Flotilla ha aterrizado este domingo, junto a varios compañeros de Países Bajos y Portugal, tras ser detenidos por Israel cuando intentaban llegar por mar a la Franja de Gaza con ayuda humanitaria. EFE/Javier Lizón

Madrid, 5 oct (EFE).- Activistas españoles de la Flotilla Global Sumud expulsados de Israel han denunciado a su llegada a Madrid que han sido «vejados» y «humillados» en la prisión en la que han permanecido detenidos, donde han sufrido malos tratos físicos y psicológicos

Llegada de los 21 activistas españoles que formaban parte de la Flotilla Global Sumud retenidos por Israel, procedentes de Tel Aviv, este domingo en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas. EFE/Javier Lizón

«Los maltratos físicos y psicológicos han sido repetidos durante todos estos días: nos han golpeado, nos han arrastrado por los suelos, nos han vendado los ojos, nos han atado de pies y manos, nos han metido en jaulas, nos han insultado», ha denunciado Rafael Borrego, uno de los activistas, ante las numerosas cámaras de televisión que les esperaban en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas.

El primer grupo de 21 activistas españoles de la Global Sumud Flotilla ha aterrizado este domingo en Madrid, junto a varios compañeros de Países Bajos y Portugal, tras ser detenidos por Israel cuando intentaban llegar por mar a la Franja de Gaza con ayuda humanitaria. EFE/Javier Lizón

Un primer grupo de 21 españoles ha llegado este domingo a Madrid, mientras que en la prisión israelí de Saharonim, en el desierto del Neguev, siguen detenidos otros 28 españoles junto a activistas de otras nacionalidades que viajaban en la flotilla y que han rechazado firmar un documento reconociendo que su entrada en el país fue ilegal.

Tras los abrazos y saltos con los amigos y familiares que les esperaban en la terminal del aeropuerto, han relatado las jornadas pasadas desde que el pasado miércoles la flotilla fue interceptada por la armada israelí.

Según han señalado, estuvieron horas maniatados en el puerto antes de ser trasladados a la prisión en el desierto, en un «proceso constante de deshumanización»; han sido deportados sin juicio y se les ha mostrado papeles en hebreo, sin traductor

No tuvieron acceso a abogados ni han podido contactar con las familias, no han recibido asistencia médica y se les privó de agua potable y de medicamentos necesarios a algunos de ellos, como la insulina que requerían dos personas diabéticas y que no recibieron hasta tres días después de la detención.

De acuerdo con su relato, personas armadas entraban con perros en las celdas y les apuntaban a la cabeza, les privaban del sueño, les cambiaban de celda para impedir que durmieran y fueron tratados «peor que animales».

Los miembros de la flotilla han agradecido la presión popular, han pedido a los gobiernos que actúen para que lo ocurrido no quede impune y han querido llamar la atención sobre la situación de miles de presos palestinos que están en poder de las autoridades israelíes.

A su juicio, Israel ha querido tener una actitud ejemplarizante con los activistas, pero ellos han tenido la fortuna de que el foco internacional estaba sobre la flotilla.

A pesar de lo ocurrido, han asegurado que volverían a embarcarse y han confiado en que pronto haya otra flotilla hacia la Franja de Gaza.

Todos han aparecido en la terminal vestidos con camisetas blancas, ya que no les permitieron cambiarse al salir de la prisión y, han denunciado, les robaron la mayoría de los objetos personales cuando desembarcaron en el puerto. EFE