Los apagones exacerban problemas mentales como la ansiedad o la depresión en Puerto Rico

Fotografía de las conexiones eléctricas en una calle este 28 de julio de 2025, en San Juan (Puerto Rico). EFE/ Esther Alaejos

San Juan, 31 jul (EFE).- Los frecuentes apagones que ocurren en Puerto Rico han exacerbado problemas mentales como la ansiedad o la depresión, principalmente entre los enfermos que dependen de la electricidad para subsistir y sus cuidadores, entre los que aumenta aún más la preocupación en plena temporada de huracanes.

«A mí me afecta un montón, yo me pongo grave, me pongo bien mala. El ruido de la planta, el calor… Me sube la presión que me quiero morir», relata a EFE apesadumbrada Nilda Rivera, de 60 años, sobre el infierno que vive cada vez que se va la luz y tiene que encender una planta eléctrica de la que depende la vida de su madre.

Desde Mayagüez, su pueblo natal, ubicado en el oeste de Puerto Rico, confiesa que su familia atraviesa una situación límite que merma su salud mental por la falta de competencia de las autoridades puertorriqueñas para brindar un servicio eléctrico eficiente a la población.

«Una persona encamada tiene gastos extra y uno no puede trabajar porque la tiene que cuidar y uno tiene que gastar en generador, gasolina, para poder suplir a ella las necesidades básicas», explica Rivera, ama de casa dedicada al cuidado de su progenitora, que está lastrada en la cama por fallo renal, fallo cardíaco y una enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

La red eléctrica de Puerto Rico es muy frágil desde que quedó destrozada durante el huracán María de 2017, siendo frecuentes los apagones, que en ocasiones son incluso generales y de varios días de duración.

Un impacto en la salud mental «grave y profundo»

Fotografía de las conexiones eléctricas en una calle este 28 de julio 2025, en San Juan (Puerto Rico). EFE/ Esther Alaejos

El psicólogo Luis Alberto Rodríguez presentó este mes la temática de los ‘Apagones emocionales: La Huella Psicológica de la Pobreza Energética en Puerto Rico’, en el cuadragésimo Congreso Interamericano de Psicología que se celebró en San Juan.

«Lo que encontré como investigador es que los apagones frecuentes, la inconsistencia energética y lo que son los relevos de carga tiene un grave y profundo impacto en la salud emocional, por lo menos lo que se percibe es ansiedad, frustración y sentimientos de coraje», apuntó a EFE Rodríguez.

El profesional de la salud psicológica está investigando paralelamente cómo afecta la débil infraestructura del servicio de energía eléctrica «a la vida cotidiana de las personas» a nivel familiar, como individuos y como sociedad.

Electrodomésticos dañados y alimentos perdidos son habituales a causa de los cortes de luz, que también favorecen incidentes desgraciados como incendios por el mal uso de los generadores o las velas.

Rodríguez advierte de que hay un alto riesgo de que estas enfermedades mentales se vuelvan crónicas e insta al cuidado de la salud mental.

«A nivel prolongado puede afectar a la salud mental y a la salud física de la persona, cortisol alto, estrés, así que yo siempre recomiendo que si es algo que te está afectando puedes consultar a las clínicas», indicó el especialista.

Inacción gubernamental para prestar ayuda

ACOMPAÑA CRÓNICA: PUERTO RICO APAGONES USA4165. SAN JUAN (PUERTO RICO), 31/07/2025.- Una persona sostiene una pancarta durante una manifestación este lunes, en San Juan (Puerto Rico). Los frecuentes apagones que ocurren en Puerto Rico han exacerbado problemas mentales como la ansiedad o la depresión, principalmente entre los enfermos que dependen de la electricidad para subsistir y sus cuidadores, entre los que aumenta aún más la preocupación en plena temporada de huracanes. EFE/ Esther Alaejos

Entre las personas electrodependientes de Puerto Rico hay pacientes con condiciones crónicas, encamados, individuos que requieren un equipo de asistencia o personas con necesidades especiales que necesitan atención médica especializada.

Tanto ellos como sus familiares y cuidadores se ven obligados a vivir con un sistema energético inestable, y a invertir en generadores o placas solares para sobrevivir.

El Departamento de Salud anunció en junio de 2024 que iba a realizar un censo de las personas dependientes de la energía eléctrica en la isla e iba a destinar fondos para entregar baterías y generadores a estas familias, pero hasta el momento no ha habido avances.

Por su parte, la gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González, aseguró durante su campaña electoral que cambiaría la compañía a cargo de la transmisión de la electricidad, pero todavía permanece la misma empresa, LUMA Energy.

Contra LUMA, así como contra la compañía encargada de la generación Genera PR, se manifestaron esta semana cientos de personas, que denunciaron la inseguridad energética y los aumentos en la factura de la luz.

«Me gustaría que cancelaran el contrato con LUMA y Genera, trajeran a otra compañía que realmente venga a hacer el trabajo y haya más transparencia», sentencia Rivera.

Esther Alaejos