Los aranceles de Trump tensionan los mercados y lastran el crecimiento mundial

Imagen de este lunes del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. EFE/EPA/JIM LO SCALZO / POOL

Washington/Madrid, 28 abr (EFE).- Los aranceles se han convertido en el eje de la política económica del presidente de EE.UU., Donald Trump, durante sus primeros cien días de gobierno, lo que ha provocado continuos roces con otros países y una extrema volatilidad en los mercados, además de poner en riesgo el crecimiento económico mundial.

Después de varios avisos y de no pocos cambios de opinión, Trump provocó un terremoto global el 2 de abril con la imposición de un arancel base del 10 %, al que añadió otros recargos a la mayoría de los países, una decisión que ya se ha trasladado, en forma de recortes, a las previsiones económicas de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La caída de las bolsas mundiales, la devaluación del dólar y, sobre todo, la intensa subida de los intereses de la deuda estadounidense llevaron a Trump a establecer una pausa de tres meses para los aranceles ‘recíprocos’, aunque la incertidumbre sigue dominando entre los inversores pese a la euforia inicial.

Los mercados saludaron la llegada de Trump con subidas tras su victoria sobre la demócrata Kamala Harris, y los tres principales índices del parqué neoyorquino, el Dow Jones, el S&P 500 y el tecnológico Nasdaq, alcanzaron máximos históricos hasta que el mandatario coqueteó con los aranceles.

Los primeros gravámenes a México, Canadá y China, surgidos “para frenar la entrada del fentanilo en EE.UU.”, y los progresivos anuncios arancelarios iniciaron una montaña rusa en los mercados, con caídas en las bolsas, el dólar y el petróleo, mientras el oro repuntaba y el bitcóin se estancaba.

Los sucesivos anuncios para reducir el “malgasto público y el fraude” del novedoso Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por el empresario y cofundador de Tesla, Elon Musk, no fueron capaces de frenar estas caídas.

La presión del bono de EEUU y un choque con la Fed

No obstante, Trump lanzó el pasado 2 de abril el plan de ‘aranceles recíprocos’ durante el ‘Día de Liberación’, una situación que profundizó todavía más las caídas de las bolsas y que hizo repuntar el interés del bono estadounidense a diez años al 4,5 %, cuando la pretensión respecto a los títulos del Tesoro era la contraria.

Esta presión de los bonos ayudó a que Trump diera marcha atrás en sus pretensiones arancelarias, teniendo en cuenta que EE.UU. debe refinanciar este año en torno a 9 billones de dólares (8,1 billones de euros), una cuarta parte de su deuda total.

La deuda de EE.UU. supera los 36 billones de dólares (32,5 billones de euros) y China, el país en el que más centran estos aranceles, es el segundo gran comprador de esa deuda, con 761.000 millones de dólares.

El investigador principal del Real Instituto Elcano Enrique Feás explica en una entrevista a EFE que resulta “sorprendente” que Trump “haya optado por autoinfligirse una recesión que ha puesto en peligro la estabilidad de los bonos del Tesoro”.

A través de esos valores, “esta locura comercial se puede transformar en una auténtica crisis financiera mundial de gravísimas repercusiones” ante una hipotética falta de credibilidad de los bonos como activo reserva.

Esta situación ha catapultado al oro, que ha aprovechado la debilidad del dólar y la incertidumbre global para rebasar los 3.500 dólares la onza y llegar a revalorizarse un 33 % en lo que va de año.

Ataques a la Reserva Federal y recortes del FMI

Pero las consecuencias de esta política comercial también se han trasladado a la economía estadounidense, según han avanzado la Reserva Federal (Fed) y diversos indicadores adelantados, como el Índice de Confianza de Michigan.

La incertidumbre se ha traducido en un alza en los costes de los productos fabricados en EEUU y en un impacto sobre el consumidor, como explicó el presidente de la Fed, Jerome Powell, a quien Trump llegó a querer despedir, mientras insistía en que debía rebajar los tipos de interés.

Esta situación ha provocado que el FMI haya reducido casi un punto la previsión de crecimiento de EE.UU. para 2025 por esta guerra comercial, que aumenta del 25 % al 40 % el riesgo de una recesión y provoca un recorte de medio punto en el crecimiento mundial.

“Una ruptura productiva en Estados Unidos como consecuencia del fin de las importaciones de China puede provocar un hundimiento económico brutal”, reconoce Feás, que por ello defiende que las proyecciones del FMI son prudentes porque piensan que hay “tiempo para arreglarlo”.

Un impacto todavía por llegar al consumidor estadounidense

Tras una reunión con empresas como Walmart, Home Depot y Target, los consejeros ejecutivos de estas compañías advirtieron a Trump la semana pasada de que la economía podría ralentizarse a medida que entren en vigor estos aranceles y alertaron de la incertidumbre a la hora de planificar inventarios y definir precios.

De hecho, para Feás, “los famosos contrapesos estadounidenses están funcionando por la vía económica, es decir, exclusivamente por las empresas”, que son las que alertan a Trump de que estas medidas arancelarias pueden llegar a “hundir” a ciertas compañías.