Leópolis (Ucrania), 9 oct (EFE).- Los ataques continuados de Rusia contra infraestructuras vitales y empresas, algunas de ellas con importantes inversiones extranjeras, son motivo de preocupación en Ucrania sobre el futuro de la frágil recuperación económica del país en medio de una guerra de desgaste que no tiene visos de terminar pronto.
Tras sufrir una contracción de cerca del 29 % en 2022, el primer año de la invasión rusa a gran escala, la economía ucraniana se recuperó en 2023 con un crecimiento del 5,5 % y del 2,9 % en 2024.
La recuperación se ha ralentizado desde entonces, y el Ministerio de Economía de Ucrania prevé un crecimiento del 2 % en 2025, la misma cifra que pronostica el Banco Mundial, que ha revisado a la baja su previsión inicial del 2,9 %.
Estas previsiones podrían resultar demasiado optimistas en un momento en el que Kiev denuncia que los ataques rusos a su infraestructura eléctrica y gasística y a sus vías ferroviarias tienen como objetivo socavar la economía del país.
«Vemos un patrón claro: Rusia ataca deliberadamente sectores que sostienen nuestra economía y conectan a nuestra gente, como la energía y la logística», dijo la primera ministra, Yulia Sviridenko, el miércoles.
Ataques a empresas

El Centro para Estrategia Económica (CEE) identifica la destrucción de infraestructuras, el déficit de mano de obra debido a la emigración y la movilización militar, así como los problemas en la producción de gas y en el sector agrícola como las principales causas de la ralentización económica.
La destrucción de la mayor mina de carbón de Ucrania, situada cerca de Pokrovsk y vital para la industria metalúrgica, ha tenido un severo impacto en la industria extractiva, mientras que las condiciones metereológicas adversas han retrasado las cosechas y las exportaciones agrícolas, que son claves para la economía ucraniana.
Pese a la insistencia rusa en que los ataques van dirigidos contra la producción militar, varias grandes empresas han sido atacadas en bombardeos recientes.
«Drones rusos nos atacaron deliberadamente durante cuatro horas, a pesar de que no había personal o material militar», dijo a la televisión pública ucraniana, Suspilne, el director de la compañía Svitanok, Oleksandr Kolisnik, después de que un ataque ruso matara a 13.000 cerdos en una granja de la empresa en la región de Járkov el pasado viernes. Las primeras estimaciones sugieren que Svitanok perdió 6,2 millones de euros a consecuencia del ataque.
Según el Banco Mundial, miles de empresas ucranianas que se han visto afectadas directamente por los ataques rusos han perdido al menos 86.000 millones de dólares (74.000 millones de euros) hasta finales de 2024.
Adaptándose a la amenaza

En el contexto de la guerra, las empresas ucranianas deben asumir por sí mismas muchos de los gastos asociados a la protección y la reanudación de sus actividades, según el CEE.
«Las empresas invierten en protección de bienes, en diversificar la producción y los mercados, transferir sus instalaciones, asegurarse ante los riesgos de la guerra y documentar las pérdidas para futuras reclamaciones», añaden los analistas de ese centro de estudios.
Estos esfuerzos se han beneficiado hasta ahora de una demanda relativamente estable de bienes y servicios por parte de consumidores privados y del Estado, gracias, en parte, al apoyo internacional que cubre la mitad del gasto público de Ucrania y de la reapertura del comercio desde los puertos del mar Negro.
Muchos negocios han trasladado sus bienes y su producción a regiones del oeste del país, consideradas más seguras debido a su distancia de Rusia. Sin embargo, los ataques recientes demuestran que no hay ningún lugar totalmente seguro.
En agosto, un importante fabricante de componentes electrónicos que es el mayor empleador de la región de Transcarpatia -en el extremo occidental de Ucrania y junto a las fronteras con Eslovaquia y Hungría- vio sus instalaciones destruidas en un ataque. El pasado fin de semana, un almacén propiedad de la empresa polaca de venta minorista LPP quedó calcinado por un incendio provocado por un ataque ruso en Leópolis, a 70 kilómetros de Polonia.
Un futuro incierto
Para Kirilo Krivolap, jefe del Centro para la Recuperación Económica, una defensa aérea efectiva es tan importante para la estabilidad económica como la ayuda financiera internacional.
«Los ataques rusos a lugares tan alejados como Transcarpatia minan el optimismo, pero aun así las inversiones continúan», dijo Krivolap en una intervención pública en la que destacó la apertura de nuevas fábricas y la mejora del acceso a los mercados europeos, que absorben el 60 % de las exportaciones ucranianas.
UkraineInvest, una iniciativa gubernamental para atraer inversión extranjera durante la guerra, está ayudando a realizar 38 grandes proyectos valorados en unos 3.000 millones de euros y que se espera que creen más de 12.000 empleos.
«Estos proyectos incluyen logística, minería, procesamiento, educación, energía renovable, salud y entretenimiento», según dijo un representante de UkraineInvest, Oleksandr Melnichenko, en un encuentro con empresarios polacos el martes.
La expansión de la producción en defensa también ha contribuido a mitigar la caída de otros sectores, señalan los analistas del CEE.
«Pese a la destrucción causada por los ataques rusos, las empresas ucranianas siguen mostrando una resiliencia digna de destacar», subrayan.
Rostyslav Averchuk