València, 14 ago (EFE).- Los bomberos del Consorcio Provincial de Valencia, que llevan a cabo desde el pasado 1 de julio una huelga de celo en la que cumplen estrictamente con su horario de trabajo pero no hacen horas extraordinarias, han decidido interrumpir la medida para atender la emergencia declarada con motivo del incendio de Teresa de Cofrentes.
La decisión se tomó este miércoles al conocer la declaración del nivel 2 de la situación del Plan Especial Frente al Riesgo de Incendios Forestales de la Comunitat Valenciana (PEIF) por el fuego declarado por la tarde, causado por un rayo.
El secretario general de la sección sindical de UGT en el Consorcio provincial y miembro de la junta de personal, Marcel Montero, ha asegurado que cuando se declaró la huelga tenían claro que si surgía alguna emergencia como un incendio forestal o algún incidente extraordinario se pondrían a trabajar hasta que se solucionase el problema.
Los bomberos estudiarán volver a ella cuando se reduzca el nivel de emergencia, siempre que no exista acuerdo con la dirección del Consorcio, dependiente de la Diputación de Valencia.
Según Montero, la interrupción de la huelga supone dotar de personal a la emergencia pero se mantiene el cierre diario de parques.
Cita como ejemplo el parque de Chiva, que por su ubicación es uno de los que actúa en la zona del incendio, que no pudo dar su apoyo en las labores de extinción al estar cerrado, lo que motivó que tuvieran que acudir parques voluntarios.
Lluvia y cambio de viento
El alcalde de Teresa de Cofrentes, José Javier Jiménez, ha afirmado que la lluvia que cayó este miércoles en la zona del incendio forestal y el cambio de viento, que envió las llamas hacia la zona ya quemada, ayudaron a rebajar el incendio en primera instancia.
Jiménez ha señalado esta mañana en declaraciones a À Punt que la noche ha sido «muy tranquila», el fuego empezó a rebajarse y «se han hecho casi con él», y ha explicado que, sin la lluvia y el cambio de dirección del viento, «nadie» habría podido meterse en su extinción salvo los medios aéreos debido a que afecta a una zona de montañas «muy quebradas» donde «no se puede entrar».
De cara al día de hoy, con siete medios aéreos ya trabajando de nuevo en la extinción, «va a funcionar todo muy bien», ha pronosticado el alcalde de este pequeño pueblo del interior sur de Valencia de unos 600 habitantes.
Respecto a los desalojos, que afectan a una quincena de personas, Jiménez ha indicado que las evacuaciones han sido en casetas de campo o segundas residencias para el verano, se avisó con tiempo y los desalojados se trasladaron a la población y se quedaron en casas de familiares.