Manila, 12 may (EFE).- Los candidatos al influyente Senado de Filipinas apoyados por el presidente, Ferdinand Marcos Jr., y los avalados por su rival, el expresidente encarcelado Rodrigo Duterte, quedaron empatados en unas elecciones a mitad de mandato celebradas este lunes, según mostraron resultados preliminares.

Según el conteo inicial del 75 % de los votos, a la espera de que la Comisión Electoral de Filipinas (COMELEC) publique los resultados definitivos la semana próxima, ambos campos enfrentados obtuvieron cinco senadores cada uno de los doce en liza.
Así, la alianza formada por Marcos Jr. para buscar el control crucial de la cámara alta del Congreso obtuvo cinco escaños, siendo el más votado de la lista el político asentado Erwin Tulfo. Ping Lacson, Tito Sotto, Pia Cayetano y Lito Lapid completaron la lista de ganadores provisionales.
Otros cinco candidatos afiliados a Duterte recibieron votos suficientes para ocupar un escaño en el Senado. Entre ellos se encuentra el aspirante a la reelección Bong Go, que con más de 25 millones de votos se perfiló como el candidato más votado en las elecciones a la cámara alta del Congreso.
El conocido como el cerebro de la sangrienta guerra contra las drogas de Duterte, el exjefe de Policía de Filipinas y senador Ronald Dela Rosa, el político Rodante Marcoleta, Camille Villar e Imee Marcos completan la lista de candidatos afines al exmandatario en obtener un escaño, según los resultados provisionales.
Los casos de Villar e Imee Marcos son particulares, ya que empezaron la campaña electoral afiliadas a Marcos Jr. y dieron el salto luego al campo de Duterte, mostrando así cómo el arresto del expresidente el pasado marzo por orden de la Corte Penal Internacional (CPI) han agitado la escena política en el país asiático.
Imee Marcos, hermana del presidente y firme defensora de Duterte, constató su ruptura con la lista electoral del mandatario el pasado marzo.
Villar desertó más tarde, pero ambas recibieron el espaldarazo oficial de la vicepresidenta e hija del expresidente el pasado sábado, durante un acto electoral.
La CPI acusó a Duterte de crímenes contra la humanidad en el marco de su guerra contra las drogas y su arresto en Filipinas ha sido calificado por sus seguidores como un “secuestro” ilegal.
El Gobierno de Marcos Jr., sin embargo, ha defendido que simplemente se limitó a colaborar con la Interpol y no directamente con el tribunal internacional, ya que Duterte sacó al país asiático de la CPI en 2019.
Las elecciones determinarán la composición del influyente Senado y por tanto el futuro de Sara Duterte, que se enfrenta a un reguero de acusaciones de corrupción en el marco de un juicio político ante la cámara alta del Congreso que podrían desembocar en su destitución, eliminando sus opciones de optar a dirigir el país en 2028.
Además de 12 de los 24 puestos del Senado, en los comicios también estaban en liza 18.000 puestos de la administración local y la totalidad de la Cámara de Representantes.
Por ello, las elecciones son vistas tanto como un referéndum a las políticas de Marcos Jr. como en un baremo a la popularidad del clan de Rodrigo Duterte, quien según los resultados preliminares se hizo con la alcaldía de su bastión sureño de Davao.