Redacción Ciencia, 5 ago (EFE).- Quien cría transfiere también la forma de comunicarse. Así se había demostrado ya con los niños y ahora se acaba de constatar en un estudio con chimpancés: las crías aprenden a comunicarse socialmente a través de sus madres, que son quienes les cuidan de pequeños.
Así lo pone de manifiesto un estudio recogido este martes en la revista PLOS Biology fruto de tres años de observaciones del comportamiento de 22 chimpancés (‘Pan troglodytes’) en estado salvaje, aunque acostumbrados a la presencia de los seres humanos, en el Parque Nacional de Kibale, en Uganda.
Los investigadores, dirigidos por Joseph Mine, de la Universidad de Zúrich (Suiza), registraron señales vocales, como gruñidos, ladridos y gemidos, así como comunicaciones no vocales, como movimientos de brazos, dirección de la mirada y posturas corporales.
El análisis de los registros revela que las combinaciones de señales vocales y no vocales se aprenden socialmente, y “es poco probable que vengan determinadas genéticamente”, como se pensaba anteriormente.
Los chimpancés jóvenes aprenden su estilo de comunicación de su madre y sus parientes maternos, pero muestran poca similitud con el comportamiento comunicativo de su padre y sus parientes paternos.
Este hecho viene determinado, según los investigadores, por el hecho de que son las madres las que cuidan a los chimpancés de pequeños, sin que los padres apenas contribuyan a la crianza.
Esta forma de aprendizaje de la comunicación, por vía social, sería muy similar a la de los humanos.
El aprendizaje materno perdura

Los chimpancés observados en el estudio tenían más de 10 años, edad en la que comienzan a ser más independientes de su madre, lo que indica que las influencias de los parientes maternos tienen un impacto duradero en el comportamiento comunicativo posterior.
Los resultados implican que el aprendizaje social de la comunicación es más antiguo desde el punto de vista evolutivo de lo que se pensaba, afirman los autores.
“Lo que vemos es que ciertas madres chimpancés tienden a producir muchas combinaciones vocales y visuales, mientras que otras producen pocas. Y las crías acaban comportándose como las madres, lo que da lugar a tendencias específicas de cada familia”, señala el investigador Joseph Mine en un comunicado de la Universidad de Zurich.
“En los seres humanos, el lenguaje corporal incluye gestos con las manos y expresiones faciales, pero también muchos comportamientos sutiles, como cambios en la postura y la dirección de la mirada. Nuestras observaciones indican que los chimpancés también aprenden estas formas de comunicación menos evidentes”, apunta otro de los autores, Simon Townsend.