Redacción Ciencia, 9 sep (EFE).- Las moléculas orgánicas detectadas en las columnas de vapor de acuoso que surgen de las grietas de la superficie de Encélado podrían haberse formado por la exposición a la radiación de esa luna helada de Saturno, en lugar de proceder de su océano subterráneo.
Esa plumas de vapor, que fueron descubiertas en 2005 por la nave espacial Cassini de la NASA estadounidense, emanan de largas fracturas llamadas ‘rayas de tigre’ que se encuentran en la región polar sur de esa luna.
Análisis realizados por un grupo de investigadores encabezados por el Instituto Nacional de Astrofísica y Planetología Espacial (INAF) de Roma ofrecen una explicación alternativa a que su procedencia sea oceánica.
Los resultados han sido presentados en el Congreso Europeo de Ciencias Planetarias (Europlanet), que se celebra en Helsinki.
Aunque la identificación de moléculas orgánicas complejas en el entorno de esa luna “sigue siendo una pista importante” para evaluar su habitabilidad”, los resultados demuestran que “la química impulsada por la radiación en la superficie y en las columnas también podría crear estas moléculas”, señaló Grace Richards, del INAF.
La investigadora indicó que, aunque esto no descarta la posibilidad de que el océano de Encélado sea habitable, sí significa que hay que ser “cautelosos a la hora de hacer esa suposición solo por la composición de las columnas”, según un comunicado de Europlanet.
El agua proviene de un océano subterráneo y la energía para calentar el océano y producir las columnas es el resultado de las fuerzas gravitacionales de las mareas del enorme Saturno, que flexiona el interior de Encélado.
Cassini voló a través de esas columnas de vapor e identificó que algunas de las moléculas son ricas en sales y contienen una variedad de compuestos orgánicos.
Dado que los compuestos orgánicos disueltos en un océano subterráneo podrían formar moléculas prebióticas, que son precursoras de la vida, estos hallazgos resultaron de gran interés para los astrobiólogos.
Sin embargo, los resultados de los experimentos realizados por el equipo de Richards muestran que la exposición a la radiación atrapada en la potente magnetosfera de Saturno podría desencadenar la formación de esos compuestos orgánicos en la superficie helada de Encélado, lo que “pone en duda su relevancia astrobiológica”.
El equipo simuló la composición del hielo en la superficie y las paredes de las ‘rayas de tigre’ de Encélado, que contenía agua, dióxido de carbono, metano y amoniaco, y se enfrió a -200 grados.
A continuación, bombardeó el hielo con iones (átomos y moléculas despojados de un electrón) para replicar el entorno de radiación alrededor de la luna.
Los iones reaccionaron con los componentes helados, creando toda una serie de especies moleculares, entre ellas monóxido de carbono, cianato y amonio, y también produjeron precursores moleculares de aminoácidos, agrega la nota.
Las moléculas consideradas prebióticas “podrían formarse in situ a través del procesamiento por radiación, en lugar de originarse necesariamente en el océano subterráneo», afirmó Richards.
Entender cómo diferenciar entre los compuestos orgánicos derivados del océano y las moléculas formadas por la interacción de la radiación con la superficie y las ‘rayas de tigre’ será -añade la nota- un gran desafío y se necesitará más datos de futuras misiones a esa luna helada.